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La democracia es de todos: historias de dos vocales con capacidades diferentes

Después de las últimas elecciones municipales al constatar el alto número de abstención, ha quedado la sensación que al momento de preguntar a los chilenos si desearían ser vocales de mesa, la mayoría responderá con un rotundo “NO”. Sin embargo, Cristina Marmentini y Sofía Bulnes, ambas jóvenes de 20 años, están contentas de participar en estas elecciones como vocales de mesa.

 

Cristina Marmentini, tiene el síndrome de Charge y sordera de nacimiento, estudia masoterapia, le gusta ir al cine y a la playa…se sonroja al recordar que cuando supo que fue designada su familia la felicitó… «conocía de las votaciones, porque voté para la elección de alcalde”, hoy se levantó a las 6:40 horas,  me indica muy orgullosa y desde las 7:30 que está cumpliendo su rol de vocal en el Mayflower School de Lo Barnechea en la mesa 145…y ya como es hora del almuerzo lo único que ve es su comida favorita, “ravioles”, suspira. Aunque está contenta con la experiencia, y asegura que la han tratado muy bien sus compañeros de mesa y los votantes, se queja del dolor de espalda de  tanto estar sentada y está un poco cansada de estar siempre en el mismo lugar. Eso sí, se alegra de haber sido considerada para esta instancia tan importante para Chile, porque eso les ayuda a otros discapacitados.

-Por su parte, Sofia Bulnes, desde su nacimiento tiene  discapacidad visual, baja visión por una acromatopsia congénita.  Los motivos por los cuales participa en esta elecciones son dos, por una parte porque le gusta participar en actividades organizacionales, sin embargo, para ella,  que es estudiante de Licenciatura en Educación y Pedagogía en Educación Diferencial con la Especialidad en Problemas de la Visión, en la UMCE y también, Lengua de Señas los sábados, que lleva más de dos año tratando de trabajar part-time, es un incentivo económico, y asegura “a las personas en Chile no se les da trabajo así como así, entonces, esto son $20 mil pesos más en el mes y eso para mí es muy importante”,

Sofía vive con su gato, en el Barrio Yungay, se ha ofrecido dos veces para ser vocal de mesa. Esta vez, fue designada y está desde 07:45 horas cumpliendo su rol de presidenta de la mesa 22 del Liceo N°1 de Santiago, “yo fui a la Junta Electoral a decir que me designen, porque a los designados les pagan más que a los voluntarios”.

Ella decidió ser presidenta de su mesa porque, “la vez pasada fui muy bien incluida, fue muy linda la experiencia…mis compañeras sabían que yo tengo una dificultad visual”, pero puedo hacer este tipo de tareas, “con ello se derribaron bastantes mitos y eso para mí fue hermoso”, por eso decidí volver a ser presidenta.

Sofía asegura que estar hoy en este rol en una mesa electoral en Chile, “como país hemos avanzado bastante porque ya no está eso que las personas no videntes no pueden ser vocales de mesa, ya no es eso, cuando  llego al local todos me saludan y es como que me quieren que yo sea vocal, eso es muy lindo”.

 

Sin embargo, aclara que hoy se siente integrada en este equipo, es decir, “me aceptan y hacen las adaptaciones necesarias como para que yo esté a la par del resto”, la vez pasada fue inclusión, “lo que significó que yo pude contar los votos…a pesar de todo esa instancia, tuve la suficiente fuerza de quedarme fría ante discusiones por los votos, yo seguí con mi rol y eso es muy lindo”.

Para Sofía que una no vidente sea presidenta de una mesa de votaciones  es muy importante para los discapacitados, porque hoy “las personas que han venido a mi mesa y se dan cuenta que yo tengo discapacidad visual, y realizo las tareas de forma normal, abre un poco más la mente a la sociedad chilena”.

Respecto de la campaña “Tu Voto, Tú Derecho”, que promueve el sufragio asistido para personas con discapacidad y movilidad reducida del Ministerio de Desarrollo Social, Sofía, lo considera “muy positivo, porque hay un cambio de enfoque desde lo médico, que veía la discapacidad como algo malo, a un enfoque social, donde se ve la persona con discapacidad como alguien normal”. Sin embargo, me señala que aún “falta que el voto en braille esté completo, porque solo están números”.

 

 

 

 

El voto para discapacitados en Chile se remonta a 1969, cuando se concedió el derecho a voto a los no videntes.

 

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