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Elecciones 2017: ¿Cómo les fue a los corpóreos de los políticos?

Se trata de 10 candidatos, incluyendo a Sebastián Piñera, que usaron muñecos para las campañas. ¿Qué tan efectivos fueron “Nogueirina”, “Peppa Hoffmann” y el candidato que usaba a “Orreguín”?

Los corpóreos a imagen y semejanza de los políticos chilenos son como la cerveza artesanal: llenos de espuma, un cuerpo extraño e inducen a muchos a creer que están viendo doble. En estas elecciones el más mediático fue Piñerín, que caracterizaba a Sebastián Piñera. Pero no era el único. ¿Cómo les fue?

Fueron 10 políticos, incluyendo al candidato presidencial, quienes usaron marionetas de tamaño humano: entre ellos destacaban «Nogueirina», «Peppa Hoffmann» u «Orreguín», quien imitaba a Claudio Orrego pero que acompañaba al candidato Cristóbal Acevedo (DC).

Cuatro de ellos consiguieron su objetivo: Piñera, quien pasó a segunda vuelta presidencial con «Piñerín», Joaquín Lavín León (UDI), quien con un corpóreo similar a Pac-Man conquistó a 17,81% de los votantes del distrito 8, María José Hoffmann (UDI), quien con «Peppa» llegó al 10,72% en el distrito 7 y Diego Schalper (RN), que terminó con 10,71% de las papeletas del distrito 15.

Por el distrito 9 perdieron Cristian Bowen (DC), que usaba un perro de polera verde y Claudia Nogueira (UDI) con «Nogueirina»; en el distrito 11 tampoco fueron útiles para Pablo Terrazas (UDI), con un muñeco igual a él, y Cristobal Acevedo (DC), que salía a la calle con Orreguín; y por el distrito 16, el ‘Doctor Boza’ de Mauricio Boza (RN) no cumplió con lo esperado. Por el Senado, «Rojín» no pudo llevar a Rojo Edwards (IND) a la Sala por la Región de La Araucanía.

¿Qué pasó?

Para el diputado electo Schalper, «el corpóreo es simpático en un principio», pero advierte que no es una piedra angular.

«A poco andar de usarlo, me di cuenta que la gente quiere ver a una persona de carne y hueso y no a un muñeco. Entonces lo dejé para hacer trabajo en terreno: me levantaba las 06:30 repartiendo volantes. Iba a la calle hasta las 20:30 o a la hora que se terminaran los tacos», explica.

Desde la otra vereda, Nogueira explica que pese a que le gustó trabajar con «Nogueirina», ese papel tampoco fue lo primordial.

«Tener una ‘doble’ de espuma es una experiencia simpática porque encontré que era un personaje que generaba cercanía. La gente se reía y a veces me decía que era más grande y distinta a mí. ‘Nogueirina’ me sirvió para hacerme conocida en un territorio donde la campaña estaba difícil: competía con Sebastián Keitel y Érika Olivera. Finalmente, haber perdido fue sorpresivo», reflexiona la, todavía, diputada.

Visión de expertos

Hans Stange, doctor en Filosofía y especialista en estudios visuales sobre política y comunicación afirma que el uso de un corpóreo «es llamativo en política, pero como hace 60 años lo era un buen slogan o hace 30 años un buen anuncio en radio o el mensaje en TV».

No obstante, afirma que «la clave para algunos corpóreos en estas elecciones estuvo en la cobertura de rebote que consiguieron en los medios. De no haber tenido resonancia, por ejemplo Piñerín en la feria, su poder por sí mismo no es relevante para convencer a un votante», aclara.

Cristián Leporati, publicista y director de la Escuela de Publicidad de la UDP afirma que hay tres claves para un corpóreo: dar a conocer un nombre -una marca-, conseguir que el votante memorice ese nombre y generar buena onda.

«La virtud que tienen es que ‘humaniza’ al político al sacarlo del pedestal que tienen como autoridad, pero no es fundamental: los temas de bases sí lo son», sentencia.

https://twitter.com/cacevedof/status/929355466156728325

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