«Yo, Robert Mugabe entrego formalmente mi dimisión como presidente de la República de Zimbabue con efecto inmediato», declaró Mudenda leyendo, bajo los aplausos, la carta de renuncia del jefe de Estado.
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La noticia fue anunciada en una sesión extraordinaria del parlamento convocado para debatir una moción de destitución de Mugabe, que controló todos los aspectos de la vida pública en Zimbabue desde su independencia en 1980.
La renuncia pone fin a una semana de incertidumbre sin precedentes que comenzó cuando los militares tomaron el control tras la destitución por Mugabe del vicepresidente Emmerson Mnangagwa y sus esfuerzos para colocar a su esposa Grace al frente del país.
La dimisión de Mugabe ofrece a Zimbabue «la oportunidad de forjar un nuevo camino libre de opresión», dijo Theresa May, primera ministra del Reino Unido, la antigua potencia colonial del país africano.
«Como el amigo más antiguo de Zimbabue, haremos lo que podamos para apoyar» la transición del país, añadió en un comunicado.
Alegría en las calles
El anuncio fue festejado en las calles de la capital con un concierto de bocinazos y gritos de alegría.
«Estamos sólo muy contentos que las cosas estén por cambiar», dijo a la AFP Togo Ndhlalambi, un peluquero de 32 años. «Nos levantábamos cada mañana esperando este día. Este país vivió tiempos difíciles», añadió.
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Luego de una semana de incertidumbre política, los zimbabuenses reaccionaron con alegría.
«Estoy tan contenta que Mugabe se haya ido, 37 años bajo su dictadura no es una broma», dijo Tinashe Chakanetsa, de 18 años. «Tengo esperanza por un nuevo Zimbabue dirigido por el pueblo y no por una persona», agregó.
Multitud de gente acudió al Parlamento minutos después del anuncio. «Es increíble, ese hombre era poderoso, muy poderoso», dijo Barber Wright Chirombe, que se sumó a la multitud eufórica que festejaba en las calles.