El Obispado de Rancagua no facilitó al exorcista de su diócesis, sacerdote Luis Escobar, para una misa de reparación que se realizaría en la catedral de Osorno, con el fin de apoyar al obispo Juan Barros, luego de las protestas registradas en ese templo.
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Un grupo de laicos osorninos había anunciado la participación del exorcista, certificado por el Vaticano, en esta liturgia anunciada para el próximo domingo 3 de diciembre para purificar el templo tras las protestas contra Barros por sus vinculaciones con el cura Fernando Karadima.
Sin embargo, en una declaración publicada en su página web, el Obispado de Rancagua entregó las siguientes razones para negar la participación del sacerdote Escobar en esta misa:
“1. La labor de un exorcista se circunscribe a la jurisdicción eclesiástica donde su obispo lo ha designado.
2. La acción de un exorcista supone actuar con “la necesaria y máxima circunspección y prudencia”, según el Ritual de Exorcismos, frente a una eventual posesión del demonio.
3. Ante la actual situación de la hermana Iglesia de Osorno, lo que se requiere de todos los miembros de esa Iglesia diocesana es un espíritu de diálogo y de fraternidad para construir la unidad eclesial. La oración y la penitencia son los medios fundamentales para el logro de ese objetivo.
4. Por estas razones, el sacerdote exorcista de Rancagua no participará en la celebración del 3 de diciembre en Osorno”.
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La misa fue organizada por un grupo de fieles pertenecientes a diferentes parroquias y organizaciones de la diócesis de Osorno que respaldan al obispo Barros. La invitación estaba abierta a toda la comunidad.
José Manuel Rozas, vocero de los Fieles Laicos, dijo que la idea era “purificar la catedral que fue profanada el 21 de marzo de 2015 en la ceremonia de toma de posesión del obispo Juan Barros”, acto que fue interrumpido por un grupo de personas que rechaza al religioso vinculado a Karadima.
