Su nombre estaba en el listado de pasajeros que zarpó desde Mar del Plata rumbo a Ushuaia. Sin embargo, abandonó el submarino ARA San Juan antes de emprender el regreso debido a que su madre había sufrido un grave problema de salud por el que tuvo que ser internada en Jujuy.
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Solo a horas de subirse al ARA San Juan, submarino que aún no se ha encontrado luego de 9 días desaparecido, “Beto” pidió excusarse de la misión.
Tras la operación de su madre y estando aún en Jujuy, el marino se enteró de la desaparición del ARA San Juan del que había bajado días atrás. Vilte no dudó en viajar a Mar del Plata para seguir las instancias de la búsqueda del submarino y acompañar a los familiares de sus colegas en momentos de incertidumbre.
De esta forma, viajó para estar cerca de los familiares y de sus compañeros, para vivir, en la misma base naval donde se mezclaba en el aire resignación y esperanza, los pormenores de la búsqueda. Viajó convencido de que podría volver a abrazar a los tripulantes del ARA San Juan. Se desilusionó en la mañana del jueves cuando se enteró de que había existido una explosión en el submarino.