Opinión

La importancia de los créditos en las presidenciales

  1. Director de Economía para todos – www.economiatodos.cl

En estas elecciones debutó un nuevo sistema de financiamiento de campañas políticas. A diferencia del pasado, los candidatos no pudieron contar con aportes de empresas. Esto los indujo a solicitar créditos, realizar aportes propios y recibir recursos limitados de personas naturales o partidos políticos.

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Ante bajos aportes de personas naturales, los préstamos fueron gravitantes en el financiamiento de campañas. En total, la banca e instituciones financieras otorgaron $5.738 millones a los ocho candidatos a la Presidencia. Estos recursos representaron un 81% del total de aportes que recibieron.

Los recursos se concentraron en Sebastián Piñera, quien accedió a cuatro créditos por un total de $3.163 millones. Por su parte, Alejandro Guillier obtuvo un crédito de $1.075 millones, mientras que Carolina Goic logró acceder a $650 millones. Finalmente, la banca prestó $500 millones a Beatriz Sánchez y $358 millones a Marco Enríquez-Ominami, a través de tres créditos. Navarro, Kast y Artés no se endeudaron.

Kast, con un presupuesto total menor y sin créditos, logró obtener mayor votación que Goic y MEO. En tanto, Beatriz obtuvo una votación levemente inferior a Guillier, con la mitad del endeudamiento en el que incurrió el senador. Sin embargo, los candidatos que pasaron a segunda vuelta fueron los que obtuvieron más recursos del sistema bancario, pues los préstamos a ambos representan el 75% del total.

A partir de las estadísticas del Servel surgen algunas ideas fundamentales. La primera de ellas es que los ahorros de los chilenos administrados por el sistema bancario financiaron $8 de cada $10 pesos del presupuesto de los candidatos. Así, los bancos fueron los principales aportantes a las campañas presidenciales.

A partir de las estadísticas del Servel surgen algunas ideas fundamentales. La primera de ellas es que los ahorros de los chilenos administrados por el sistema bancario financiaron $8 de cada $10 pesos del presupuesto de los candidatos. Así, los bancos fueron los principales aportantes a las campañas presidenciales.

No obstante, el flujo de recursos fue desigual, pues hubo candidatos a quienes se les prestó más dinero que a otros. Quizás algunos prefirieron no endeudarse, aunque quizás lo que pasó fue que les rechazaron solicitudes de créditos.

Esto último es de sumo cuidado, pues habría que ahondar en las razones de esos eventuales rechazos. Es de esperar que se hayan ceñido estrictamente a criterios técnicos y no preferencias electorales. Suena injusto pensar que algunos candidatos accedieron a más caudales de recursos por decisión arbitraria del sistema financiero.

Así como las personas dependen ampliamente de créditos para comprar viviendas, automóviles, electrodomésticos o inclusive, bienes de primera necesidad, en esta pasada también la política. Parece que los bancos inciden, de manera directa e indirecta, más allá de nuestras decisión de consumo e inversión.

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