La policía noruega anunció el martes que descubrió más de 150 casos de agresiones sexuales, entre ellas a niños, en una pequeña comunidad de Laponia, unas revelaciones que conmocionaron al país.
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Las autoridades habían abierto una investigación tras la publicación en junio de 2016 en el diario Verdens Gang (VG) de los testimonios de 11 mujeres y hombres que afirmaban haber sido agredidos sexualmente en Tysfjord, localidad de menos de 2.000 habitantes situada al norte del círculo polar ártico.
En un informe publicado el martes, la policía afirma haber desenterrado 151 casos de agresiones sexuales, 43 de ellos violaciones. La mayoría han prescrito, algunos se remontan a 1953.
La policía identificó a 82 víctimas, de entre 4 y 75 años, y 92 sospechosos, muchos de ellos miembros de la comunidad sami de Laponia y del laestadianismo, una rama conservadora del protestantismo.
«La policía no tiene ningún motivo para afirmar que la pertenencia étnica o las creencias religiosas en sí puedan explicar estas agresiones», declaró la comisaria Tone Vangen en rueda de prensa.
Subrayó sin embargo que los «mecanismos» propios de estas comunidades «hicieron que las cosas no salieran fácilmente a la superficie».
Aludió así al arrepentimiento ante las autoridades religiosas en lugar de las judiciales, y «una necesidad fuerte de cerrar filas en la familia en una situación en la que se siente que la sociedad noruega te mira con desprecio».
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El caso que conmociona al reino nórdico revela la distancia que hay entre la sociedad noruega y los samis (se decía antes lapones), pueblo indígena al que pertenece la mayoría de las víctimas.
La comisaria presentó las excusas de la policía que no habría abierto investigación luego de la presentación de las demandas.
La apertura de una investigación en medio del escándalo contribuyó a que surgieran más testimonios.
– El silencio responde al silencio –
Lars Magne Andreassen, director de un centro cultural sami en Tysfjord, dijo que siente «pena» y «orgullo» a la vez. «Pena al comprobar que hubo tantos casos en tantos años, y graves algunos», pero también «orgullo pues la sociedad osó romper el silencio».
Víctimas de discriminaciones hasta el punto de recibir excusas oficiales del rey Harald en 1997, los samis han visto su modo de vida tradicional, muy ligado a la naturaleza, amenazado por las actividades modernas (explotación de hidrocarburos, actividades mineras, eólicas, carreteras…).
Es difícil hacer el censo de los samis a causa de los flujos migratorios y las mezclas étnicas, además de que tienen mucha desconfianza ante el gobierno y las autoridades en general. Se calcula que unas 65.000 personas viven en Laponia noruega.
«En el caso Tysfjord, al silencio de las víctimas responde el de las autoridades», declaró Andreassen a la AFP. «No es tanto el hecho de que los samis tengan problemas culturales que habría que revisar sino que nadie los escuchó», subrayó.
«La magnitud (de los hechos) es enorme», dijo por su parte el alcalde de Tysfjord, Tor Asgeir Johansen. «Es una pequeña comunidad y es claro que esto la marca», dijo a la agencia NTB.
Dos personas ya fueron inculpadas hasta ahora, y deberán responder ante diferentes tipos de acusaciones, según la policía, que anuncia la posibilidad de que haya más interpelaciones.