Christoph Brandstatter es director general de Seehotel Jagerwirt, un hospedaje de cuatro estrellas en los Alpes de Austria.
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Las cerraduras electrónicas de las puertas de su hotel y otros sistemas fueron hackeados en cuatro ocasiones, entre diciembre de 2016 y enero de 2017.
"Recibimos un correo ‘ransomware’ (software malicioso) que estaba oculto en una factura de Telekom Austria", dice Brandstatter.
Las llaves de las puertas de su hotel quedaron inutilizables después de que hizo clic en un enlace a su factura. Su disco duro también se vio afectado.
"Como una pequeña empresa, no crees que alguien esté interesado en hackearte, así que no teníamos ningún plan para reaccionar", recuerda.
Brandstatter pagó un rescate de dos bitcoins, que "en ese momento valían alrededor de US$1.882", cuenta.
Ahora ha instalado sistemas de protección como firewalls y un nuevo antivirus, y ha capacitado a su personal para reconocer correos electrónicos de phishing (suplantación de identidad).
Además, ha vuelto a usar llaves de metal tradicionales.