Para muchos, el resultado de las elecciones presidenciales fue un completo desacierto por parte de las encuestas tanto en primera, como en segunda vuelta. De ahí, que el balotaje vivido este domingo traía muchas incertidumbres, las cuales se fueron disipando avanzada la jornada. Sin embargo, hubo un factor común en todo este enredo de cifras y sumas con calculadora: las dudas que se generaron en torno a los nueve puntos porcentuales que obtuvo Sebastián Piñera (54,57%) sobre Alejandro Guillier (45,43%)
PUBLICIDAD
Hace dos semanas atrás, la opinión pública hablaba de un futuro balotaje estrecho, ya que el candidato de la Nueva Mayoría tenía más posibilidades de obtener votos en esta segunda vuelta, si se sumaban los obtenidos en primera vuelta por Marco Enriquez-Ominami (376.471), Carolina Goic (387.780), Alejandro Navarro (24.019) y Eduardo Artes (33.690), además del voto del Frente Amplio. Mientras que el candidato de Chile Vamos sólo tenía opción de aumentar sus cifras con aquellos provenientes desde José Antonio Kast (523.213).
Respecto a esta diferencia porcentual, el analista político de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, Yamil Musa, afirma que «la lectura principal es que el voto del Frente Amplio no era un voto de izquierda dura como trataron de venderlo después de la primera vuelta. Sino que tiene que ver con un votante a quien le interesa la renovación en la política y al poner dos candidatos del establishment, este grupo pierde el incentivo por votar».
Movimiento hacia el centro
«Además, en primera vuelta se tenía la sensación de que era carrera corrida, entonces hubo menos participación. Al revés, en segunda vuelta fue a votar esa persona que pensó que Piñera iba a ganar sí o sí en noviembre y que con los resultados temió que en esta segunda vuelta no ganara, porque el voto duro de la derecha no es tanto como el de izquierda», agrega el analista.
En tanto, la académica del Instituto de Asuntos Públicos de la Universidad de Chile, Mireya Dávila, afirma que la candidatura del Presidente electo se movió políticamente hablando más hacia el centro, con la incorporación de temas como la gratuidad, mientras que Guillier tendió a moverse hacia un espectro más cercano al Frente Amplio.
En ese sentido, hipotéticamente hablando la doctora en Ciencia Política advierte que «habría que analizar cómo votó el centro político en estas elecciones, hacía dónde fueron los votos de la Democracia Cristiana, por ejemplo», y agrega que se viene un fuerte cambio de siglo porque probablemente hoy las personas tengan un voto más práctico que ideológico.
«Sin embargo, creo que todos los análisis de Nostradamus que se hicieron durante estas elecciones no sirvieron. Creo que hoy los politólogos, los analistas, las ciencias sociales tenemos que guardar silencio un rato», finaliza la académica.
PUBLICIDAD