Con la llegada de las altas temperaturas, quienes sufren de exceso de sudor empiezan con dificultades en tareas simples. Como por ejemplo, la manipulación de lápices, papeles, botones, herramientas e incluso equipos electrónicos.
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Esta patología se conoce como hiperhidrosis y, en muchos casos, logra que quienes la padecen se vuelvan retraídos o incluso eviten el contacto social. Conversamos con el Dr. Fernando Benavides, cirujano de tórax de Clínica Vespucio, quien nos explicó cuáles son los tratamientos para solucionar esta enfermedad y cómo estos han mejorado en los últimos años.
Una época fatal
El calor y la humedad del verano provocan mayor sudoración, lo que puede ser molesto para todos. Sin embargo, el 1% de la población padece hiperhidrosis, enfermedad que consiste en el exceso de transpiración en manos, axilas o rostro, sin importar la época del año o la temperatura ambiental.
Esta patología se debe a un fallo en el sistema nervioso autónomo, que estimula de manera exagerada las glándulas sudoríparas. “Aunque a primera vista puede parecer una enfermedad benigna, en casos extremos puede provocar hongos, descamación de la piel, mal olor, irritación y pigmentación de la dermis. Finalmente, afecta todos los ámbitos de la vida de las personas e incluso puede inhabilitarlos en algunas tareas”, explica el Dr. Benavides.
El diagnóstico de esta enfermedad suele ser simple, debido a que el principal síntoma es la sudoración excesiva. Sin embargo, con la ayuda de un análisis de sangre se puede determinar si hay un problema en la tiroides o si los niveles de glucosa en la sangre son anormales, los que podrían estar provocando la hiperhidrosis.
El especialista sostiene que, pese a que aún no se ha esclarecido la causa principal, existen algunas medidas que pueden ayudar en la prevención de esta patología. “Se recomienda el uso de prendas frescas y de materiales sintéticos, ya que repelen el sudor. Además, se debe evitar el consumo de alcohol, café, té, tabaco y alimentos picantes, ya que éstos estimulan la producción de sudor”, sostiene.
La solución: simpatectomía videotoracoscópica
Para controlar esta enfermedad hay distintos procedimientos que pueden ayudar a disminuir o incluso erradicar la transpiración. Tales tratamientos van desde el uso de soluciones tópicas con aluminio –en primera instancia–, del botox, la aplicación de corriente galvánica en las zonas afectadas (Iontoforesis), hasta la simpatectomía videotoracoscópica.
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El doctor Benavides explica que a través de esta intervención “se logra la desconexión de las glándulas sudoríparas de su inervación, mediante la resección y/o sección de la cadena simpática torácica”.
Esta cirugía se reserva para los pacientes con un grado moderado a severo de la enfermedad y para aquellos que no obtuvieron resultados con otros métodos alternativos previamente.
Es importante tener en cuenta que, luego de la cirugía, la transpiración normal de nuestro cuerpo busca vías alternativas para ser excretada y esto ocurre principalmente a través de la espalda, estómago o las piernas en un 50% de los pacientes operados, siendo severo sólo en un 4% de ellos.