A los 87 años de edad falleció el juez estadounidense Thomas Griesa, quien durante años fue considerado «persona non grata» en Argentina debido a su rol en las demandas que distintos fondos de inversión mantenían con ese país.
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El contencioso con los «fondos buitre» -como los bautizó el kirchnerismo- se extendió durante unos 15 años. Como magistrado del Segundo Distrito de Manhattan, Griesa tuvo un rol crucial en la causa por los bonos de deuda en default de Argentina.
La causa fue considerado como el caso por incumplimiento de deuda soberana más grande de la historia.
Durante el proceso, el gobierno de la ex presidenta Cristina Fernández asumió una actitud desafiante. En 2012, el magistrado estadounidense condenó a Argentina a pagar la totalidad de la deuda a los grupos de inversiones que adquirieron los bonos en default.
Dos años después, Griesa endureció su acción al condenar al país sudamericano a un «default selectivo». La decisión fue cuestionada incluso por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Cambio de viento para Griesa
El cambio de viento vino con la asunción al poder del actual Mandatario, Mauricio Macri, en 2015. El nuevo gobernante esgrimió una oferta de pago que ascendió a US$ 9.300 millones, lo que llevó a que el juez levantara las medidas cautelares.
«El juez Griesa me pidió que haga público que le dio un enorme placer ejercer su discreción y levantar la cautelar, como resultado del cambio dramático de circunstancias en la Argentina», confidenció entonces Dan Pollack. El también magistrado de EEUU actuó como mediador en el caso.
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A esas alturas, Griesa había tomado la causa como una de las más importantes en su carrera. No cejó hasta que finalmente, en abril de 2016, Buenos Aires concluyó un arreglo con los acreedores.
Poco más de un año después, el magistrado se retiró. Había cumplido con su palabra de no jubilar hasta que finalizara el prolongado litigio.
Los casos por montos residuales quedaron en manos de la jueza Loretta Preska. La magistrada tambien analiza una demanda presentada por el fondo Burford Capital por la expropiación de YPF bajo el kirchnerismo.
