Este 2018 habrá al menos dos escenas que se repetirán en Chile: la primera, Michelle Bachelet pasándole la banda presidencial a Sebastián Piñera; la segunda, buses articulados con torniquetes «mariposa» incorporándose al Transantiago.
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Con la licitación, desde Transportes querían «cambiarle la cara» al sistema pero ayer se conoció que las máquinas «oruga» volverán a la capital, tal como lo hicieron hace diez años, cuando comenzó todo. Ello pues gran parte de las siete empresas interesadas en las seis unidades de negocio que están en juego propusieron estas micros, que ya estaban casi en retirada.
Fue la misma ministra del ramo, Paola Tapia, quien lo confirmó. «Estos buses están restringidos a donde pueden operar correctamente, ya sea porque existe un corredor y además porque la demanda requiere esos buses», justificó la autoridad.
Otro dato: ningún operador traerá buses de dos pisos, a pesar que una máquina se probó con éxito en mayo pasado.
Odiado torniquete
En junio pasado, Transportes anunció la postura de 600 torniquetes «mariposa» para completar, a fin de este 2017, 1.200 máquinas con este parapeto. La medida trajo críticas de diferentes sectores pero la licitación no las consideró. De hecho, se aumentará el número de buses que lo tendrá.
Así al menos lo precisó a Publimetro, Héctor Moya, director de Metbus. «Estamos obligados por las bases que todos los buses tengan que tener torniquetes, incluso en los eléctricos y de alto estándar». Su compañía está en competencia por la unidad 1, que contempla el tránsito de buses por calles de Maipú, Pudahuel, Estación Central, Santiago Centro, Providencia, Ñuñoa, Las Condes, entre otras comunas.
El más crítico es el abogado Cristian Norambuena, el mismo que interpuso un recurso en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en contra de estas barreras. «Va a haber un gran problema», sostiene y explica que «hasta el momento la gente puede elegir si subirse o no a un bus con torniquete. Cuando todos los tengan, no va a haber caso», se lamenta.
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Tecnología
Pese a lo anterior, también habrá novedades y ellas dicen relación con la tecnología. Serán 90 buses eléctricos y 90 de alto estándar los que deben llegar al sistema. Aún así, se estima que llegarán más.
La firma inglesa Tower Transit postula a la ya mencionada unidad 1, la unidad 4 (con recorridos parciales por Santiago Centro, Peñalolén, Las Condes y Ñuñoa) y la 6 (La Reina, Las Condes, Vitacura, entre otras) y desde el papel de oferente indicaron que superarán lo que se pide en las bases.
Tony Williamson, director de la compañía en Chile indica que «hemos trabajado fuerte para lograr una concesión que cambie la vida de los usuarios» y el gerente de Operaciones, Marcelo Cornejo, complementa que «estamos trayendo más de lo que se nos exige».
Una declaración calcada es la que hace José Antonio Errandonea, representante de Nextbus, el consorcio que une a la empresa española de buses Alsa y al grupo chileno de la familia Diez, responsables de Turbus. Esa cadena presentó un plan, además, con 15% de buses oruga para la unidad 4 y «un poco menos de la mitad» para la 9, que incluye recorridos en Renca, Cerro Navia, Maipú, entre otras.
Según la ministra Tapia, la llegada de estos buses no implicará, al menos en teoría, aumento en el valor del pasaje.
Por último, pese a que la comisión revisora de la licitación tiene 70 días de plazo para elegir a los operadores, el compromiso del Gobierno es dejar los contratos listos para antes del 11 de marzo. Por lo mismo se espera que la selección se haga en enero, meses antes de que se repita la escena del cambio de mando.