Los muñecos que representan al indultado expresidente Alberto Fujimori y al artillero de la selección de fútbol de Perú Paolo Guerrero están entre los favoritos de los peruanos que se aprestan a «quemar» mañana, con humor e ironía, un 2017 lleno de luces y de sombras.
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Los muñecos de cartón, que se queman tradicionalmente a la medianoche del 31 de diciembre al 1 de enero, son ofrecidos en grandes cantidades en los puestos de la zona comercial de Mesa Redonda, en el centro histórico de Lima, desde 15 soles (4,5 dólares), según constató hoy Efe en el lugar.
La figura de Fujimori se ha convertido en una de las más solicitadas tras haber vuelto al primer plano de la política nacional después de que el pasado 24 de diciembre fuera indultado por el presidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), lo que ha generado una ola de protestas en el país.
«Soy inocente» y «Gracias PPK por darme el indulto», son los lemas colocados sobre diferentes muñecos que representan al exmandatario (1990-2000), quien cumplía una condena a 25 años de cárcel por delitos de lesa humanidad.
Tras el indultado ex gobernante, también es notoria la presencia de muñecos que representan a su hija mayor, la líder opositora Keiko Fujimori, quien luce sonriente mientras sostiene una frase jocosa en la que se afirma: «Gracias PPK por indultar a mi api…».
No escapa el delantero nacional Paolo Guerrero, capitán y goleador de la selección de fútbol que este año concretó una histórica clasificación al Mundial de Rusia 2018.
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«Capitán, gracias por llevarnos al Mundial», dice la frase que acompaña al muy solicitado muñeco de Guerrero, quien cumple una sanción de 6 meses de suspensión impuesta por la FIFA por un caso de dopaje.
Pero también aparece el entrenador de fútbol argentino Ricardo Gareca, el muy querido seleccionador de Perú, sobre quien se ha colocado una foto en la que luce la banda presidencial y la frase: «En líneas generales yo debería ser el nuevo presidente».
También se ofrecen piñatas que tienen fotografías conjuntas de los ex gobernantes Alejandro Toledo, Alan García y Ollanta Humala, además de Keiko Fujimori y el presidente Kuczynski.
«Feliz Año Nuevo. Qué culpa tenemos si la plata llega sola», dice una frase sobre esas fotografías, en las que también aparece el empresario Jorge Barata, antiguo representante de la constructora brasileña Odebrecht, que está envuelta en un gigantesco caso de corrupción que afecta a políticos peruanos.
Kuczynski, quien hace una semana afrontó un pedido de destitución por sus vínculos con Odebrecht que fue archivado en el Congreso, tampoco escapa a las piñatas que serán quemadas este fin de año y se muestra en algunos casos con la banda presidencial y en otros sosteniendo billetes, en una alusión a las acusaciones de que se benefició de sus vínculos con la constructora.
Los peruanos despedirán de esa manera un año que les trajo grandes alegrías, como una clasificación para un Mundial de fútbol después de 36 años que unió a todo el país, pero también les permitió comprobar cómo la corrupción ha contaminado a todas las clases sociales y grupos políticos.
Al quemar los muñecos con sus personajes favoritos también darán la bienvenida a un 2018 que, desde el principio, promete ser muy agitado en el plano político y social.
