El tumulto de dos horas ocurrió el lunes en la Universidad de la Colonia Agroindustrial del complejo carcelario de Aparecida de Goiania, en el estado de Goiás.
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Los disturbios estallaron cuando los reclusos de un bloque de celdas invadieron otros tres donde se alojaban prisioneros de pandillas rivales, informó el martes el Departamento de Seguridad Pública y Asuntos Penitenciarios del estado.
Los atacantes prendieron fuego a algunas colchonetas después de entrar a las celdas vecinas así como a los cadáveres de quienes fueron asesinados, de acuerdo con las autoridades.
Los bomberos lograron controlar las llamas.
La policía aseguró que 143 de los 242 prisioneros que huyeron durante el motín fueron capturados de nuevo antes del martes por la mañana. Cerca de 130 reclusos huyeron durante la violencia, pero algunos regresaron voluntariamente cuando terminó la revuelta.
El episodio del 1 de enero volvió a exponer la crítica situación de las prisiones de Brasil, que en enero del año pasado vivió uno de los episodios más trágicos de su historia carcelaria con sangrientas matanzas en los estados de Amazonas, Roraima y Rio Grande do Norte, las cuales dejaron un balance de más de 130 muertos.
La peor masacre tuvo lugar hace un año en el Complexo Penitenciário Anísio Jobim (Compaj), en la ciudad amazónica Manaos, donde 56 presos murieron en una lucha entre facciones rivales, las cuales mostraron la gran influencia que tienen en el interior de las unidades y evidenciaron la inseguridad, el hacinamiento y las malas condiciones del sistema penitenciario brasileño.