Ya hay novedades sobre el «Nuevo Tansantiago»: de las 6 unidades que están en juego en la licitación, ya hay dos que están a punto de cerrarse. Una de ellas es la 7, que tiene recorridos por Puente Alto. La otra es la 8, con recorridos por Independencia, Huechuraba y Conchalí entre otros. Ambos se quedaron con operadores que ya están en el sistema. STP y Redbus, respectivamente. Y es por ahí donde apunta la acusación de Demetrio Marinakis: habla de una colusión.
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«Esto es una adjudicación y no la licitación. Que se compraran 69 bases y que postularan sólo siete empresas es una cuestión que se explica porque los actuales operadores tenían toda la ventaja», parte diciendo el ex empresario microbusero, conocido como el «zar de las micros amarillas».
«Cuando la ministra de Transportes decía que fue un éxito, yo me reía porque estaba el subsecretario Carlos Melo haciendo la bisagra. ¿Sabes lo que es eso? Es cuando una autoridad habla y los que están atrás comienzan a asentir con la cabeza, esa es la bisagra. Acá en Chile estamos llenos de esas», critica.
Negociado «vergonzoso»
Marinakis también compró las bases pero no postuló. Según él, hubo requisitos que no cumplía, como por ejemplo, los años de experiencia exigidos. «Yo hace más de 10 años que no estoy en el negocio. Mi experiencia anterior no me servía de nada», se lamenta. Aún así asegura que no habla desde el resentimiento, sino desde la óptica de la razón.
«Esto es un negociado tan vergonzoso. Las platas que les dan a las empresas es mucha. Por eso también quería postular. ¿O tú crees que lo haría porque soy un buen samaritano? No, es porque como negocio el Transantiago es extraordinario. Esto tiene protección política que respalda a las empresas», declara.
Añade que su idea era hacer participar a los conductores, mecánicos y otros. «Así se ahorraban varios vicios, como por ejemplo que los conductores pasen por un paradero sin detenerse. Con esa fórmula, donde los choferes se hacían parte, era posible evitar varios de esos vicios. Yo siempre tuve buenas relaciones con los conductores. Pero todo quedó en el pincel porque las bases fueron hechas a la medida. Esto es un chiste», dispara.
«Colusión»
Otra arista a analizar, para él, es el hecho que las empresas actuales hayan postulado a distintas unidades. Es decir, ninguna es competencia de otra. «El 2012 se coludieron mismos personajes que ahora» acusa.
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Asimismo, se anima a dar nombres. «Esto lo empezó el Gbierno de Ricardo Lagos y lo terminó Michelle Bachelet. ¿Por qué crees que estaban tan apurados en terminar la licitación ahora? ¿Por qué no se lo dejaron al próximo Gobierno? Porque hay muchos intereses creados», señala.
Y es aún más específico. «El primer presidente de Alsacia era Ricardo Solari, un socialista. Yo no tengo nada en su contra, pero ¿cómo se le ocurre que un socialista sea presidente de una empresa? Víctor Barrueto, un PPD que estuvo ligado también a Transantiago. No, si esto es un negocio».
Finalmente pide que se detenga al actual concurso público. «Piñera tiene que darle transparencia al proceso de licitación. Este Gobierno, por decencia, debería generar una nueva licitación», sentencia.