La crisis de la DC parece no terminar. A casi un mes de las elecciones presidenciales, que dejó magros resultados para la candidata falangista Carolina Goic, la ex ministra Mariana Aylwin anunció la renuncia al partido. Ademas, otros 30 militantes de la facción «Progresismo con Progreso» también anunciaron su renuncia, profundizando aún más la inestabilidad por la que atraviesa la Democracia Cristiana.
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El quiebre entre «Progresismo con Progreso» y la DC se enmarca dentro la elección de este grupo de no apoyar al candidato Alejandro Guillier en la segunda vuelta presidencial. Por esta decisión, varios de sus integrantes enfrentan presentaciones ante el Tribunal Supremo del partido.
Aylwin había recibido varias criticas hace unas semanas por demostrar su cercanía ideológica con el candidato de derecha recién electo Sebastián Piñera. «Hoy me siento mucho más identificada con la postura de Chile Vamos que con la de la Nueva Mayoría”, decía en esa oportunidad la ahora ex militante DC.
Entre los militantes que presentaron su renuncia se encuentra el ex superintendente de Salud, Luis Inostroza; la ex directora del Sename, Delia del Gatto; el ex ministro de Economía, Hugo Lavados; y el ex superintendente de Valores y Seguros, Álvaro Clarke.
Durante la semana ya había renunciado el ex ministro de Salud, Pedro García, que también formaba parte de ese bloque.
La carta de renuncia
Nos mueve el haber llegado a la dolorosa conclusión que la Democracia Cristiana ha tomado un rumbo que -a nuestro juicio- se aleja de una visión propia de la sociedad, desdibujando su identidad”, indicaron en la misiva.
Asimismo, tuvieron críticas para la Nueva Mayoría, argumentando que “dejó de ser una alianza de centro izquierda, al estar bajo una clara hegemonía de una izquierda refundacional, renegando del patrimonio de la transición y los gobiernos de la Concertación y abandonando a un vasto sector de la sociedad que no se sintió interpretado por el espíritu rupturista y de confrontación que la caracterizó”.
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“El resultado no fue una refundación, sino que una derrota electoral frente a una derecha que logró interpretar el centro político, junto a un estancamiento del avance que el país había logrado en distintos ámbitos durante las décadas anteriores, añadido a una creciente polarización política y desprestigio de las instituciones democráticas”, acotaron.
“Esto lo advertimos en una carta pública enviada hace dos años. A quienes hemos advertido sobre la crisis del partido, sustentada en su incapacidad de representar a la nueva sociedad y levantado la voz para revisar su política de alianzas, se nos ha atacado con virulencia y amenazas de expulsión desde su dirigencia”, señalaron en la misiva.