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¡Cuidado, niños! Las terribles e insospechadas consecuencias a las que se exponen al bañarse en el grifo

Dermatólogo afirma que entre los efectos inmediatos se encuentra “la quemadura que duele” y, a largo plazo, hasta el cáncer a la piel. Desde Aguas Andinas afirman que el cambio de presión de agua también es peligroso.

El verano en la Región Metropolitana es terrible. Con las altas temperaturas el sol parece rebotar en el cemento de cada uno de sus pasajes. Si uno mira hacia el horizonte, las calles parecieran estar evaporándose a causa de la temperatura. Es en ese contexto que los grifos parecen una gran alternativa para capear el calor.

Dotados sólo de una llave de cruz simple, decenas de niños a pies descalzos, sin polera y vestidos sólo con shorts o bikinis terminan abriendo grifos para gozar del refrescante chorro de agua. Pero esta postal clásica de las poblaciones, podría ser muy dañina.

Así al menos lo alerta a Publimetro el médico cirujano Andrés Figueroa, miembro de la Sociedad Chilena de Dermatología y Venereología. «Cuando los niños van a bañarse a los grifos, no tienen en cuenta dos cosas: el chorro de agua es muy potente y puede dañar la piel al causar heridas y también que el agua les va quitando todo la protección, si es que están usando bloqueador”.

Cáncer a la piel

Para Figueroa la quemadura inmediata del sol, aquella que produce que las personas se despellejen, es uno de los efectos más visibles pero no es el único. El especialista alerta sobre otro riesgo que es a largo plazo y que es sumamente peligroso: el cáncer a la piel.
«Si no se protege adecuadamente, este niño que se está exponiendo al sol va a tener la típica quemadura solar, la que duele, pero en el futuro, en treinta o cuarenta años, va a desarrollar una neoplasia o cáncer a la piel», advierte.

Pérdida de agua

Eugenio Rodríguez, director de servicio de Aguas Andinas llama la atención sobre otro riesgo: daños por mala manipulación del grifo.
«Quienes abren grifos son niños de entre 12 a 18 años y lo hacen con herramientas hechizas. Como no son expertos, pueden producir roturas y hasta dañarse a causa del cambio repentino de presión de agua», afirma.

Aclara que con cada grifo abierto se pierden 50 mil litros de agua. En promedio, en todo Santiago se calcula que se abren 300 grifos por seis horas cada día, dando un total de 3 mil millones de litros perdida en un mes. «Eso es equivalente al consumo de 170 mil viviendas: algo así como todas las casas de Puente Alto».

Evitar el grifo

Una de las medidas que tomó esa empresa para evitar el uso de grifos es la instalación de 40 parques acuáticos en toda la región.

Para el dermatólogo Figueroa, estas instalaciones podrían mejorar las condiciones de la prevención «siempre que se cuente con áreas que protejan del sol, como sombras y puntos que recuerden el uso de bloqueador cada tres horas».

Por último, el especialista hace un llamado a los padres a preocuparse de los niños. «Incluso aquellos bloqueadores que dicen que son resistentes al agua no han probado del todo que eso sea efectivo. Por eso la idea es aplicarlo siempre que alguien se bañe», sentencia.

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