Este jueves se dio a conocer una carta que carta confidencial del Papa Francisco dirigida hacia los obispos del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal de Chile, fechada el 31 de enero de 2015, la cual revela parte de un plan del Vaticano sobre cómo lidiar con los obispos chilenos denunciados en encubrir los crímenes del cura Fernando Karadima.
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La misiva habla sobre una reunión del 7 de febrero de 2014 donde recibió a los obispos Ezzati, Goic, Chomali y Ducasse, además del arzobispo Cristian Caro, en cuyo encuentro ellos habrían manifestado una inquietud respecto a la salida del actual obispo de Osorno, Juan Barros, aunque en el texto no se precisa en qué términos se realizó dicha solicitud.
La carta genera revuelo por las declaraciones que habría realizado el Pontífice posterior a esa fecha, específicamente un video donde trató de «zurdos» y «tontos» a quienes pedían la salida de Barros del cargo.
Al respecto, el vocero de los Laicos de Osorno, Juan Carlos Claret, afirmó que «en el video el Papa comete un error grave, porque dice que la única acusación contra Juan Barros fue desacreditada, pero no hay ninguna acusación hasta donde sepamos contra el obispo. Es ahí que las víctimas de Karadima piden un exhorto y la Corte Suprema pide en mayo al Vaticano los antecedentes, pero Roma en septiembre de 2016 dice que no va a entregar los antecedentes. O sea reconoce que hay algo, pero que simplemente no lo va a entregar a la justicia chilena».
El representante de la agrupación afirma que el círculo de Fernando Karadima en la actual administración de Jorge Bergoglio, sería más grande que durante el mandato de Joseph Ratzinger, el renunciado Papa Benedicto XVI.
«La mayor interrogante de esta carta es que demuestra que la tolerancia cero del Papa en materia de abusos, no es tolerancia cero, sino que es tolerancia infinita. Eso es lo que se demuestra con un Papa que no tiene toda la convicción, teniendo todo el poder para hacerlo, de poder ponerle punto final a los abusos no solamente a los autores, sino que a los encubridores«, increpa Claret.
«La misericordia mal entendida lleva a la impunidad», afirma el vocero de la agrupación y aseguró que no tienen expectativas en la autoridad eclesiástica los reciba para conversar, incluso después de revelado el documento.
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