- Gerente general de Ruvix
En los últimos treinta días el dólar ha caído $42, alcanzando mínimos de hace 2 años y medio en torno a los $600. Este gran desplome no podía llegar en un mejor momento, ya que estaría teniendo un impacto directo en la disminución de los precios de las bencinas para los que se tomarán vacaciones dentro de Chile y ha sido una excelente noticia para quienes tenían planeado salir de Chile durante el verano.
PUBLICIDAD
Más allá de relatar los hechos que se han conjugado hasta ahora para la caída del dólar, lo más importante es poder dilucidar cuáles serán los aspectos que deberemos monitorear en los próximos meses y las expectativas que se desprenden para poder anticipar el valor que tendrá la divisa este año.
En primer lugar, el fuerte repunte del cobre es muy probable que se consolide a lo largo del 2018, volviendo a debilitar al dólar, por las mayores expectativas de demanda del metal rojo en un contexto económico mundial mucho más favorable, sumado al boom que se podría concretar en el futuro con los automóviles eléctricos. Desde el lado de la oferta, este año se esperan muchas negociaciones en la industria y eventualmente no sería difícil poder volver a ver huelgas importantes como la de la mina Escondida durante el año pasado.
El dólar ha mantenido una trayectoria a la baja a nivel mundial, la que es probable se extienda en los próximos meses
Por otra parte, el dólar ha mantenido una trayectoria a la baja a nivel mundial, la que es probable se extienda en los próximos meses. Adicionalmente, la estabilidad política fue un bien escaso en los últimos años, por lo tanto, tras las elecciones presidenciales, se debería volver a reanimar la inversión y sería la gran responsable del mayor crecimiento esperado para los próximos trimestres.
Todos estos aspectos aumentarían la oferta de billetes verdes en Chile, lo que estimamos tendría un impacto a la baja en el tipo de cambio que debería extender las caídas hasta la zona ubicada en $550.
Las repercusiones en el bolsillo de los chilenos sería la disminución en los precios de los bienes importados (automóviles o electrónica) y hacer rendir más el presupuesto de un viaje al extranjero. Por el lado negativo, la inversión en instrumentos internacionales como acciones, deberían presentar menores rentabilidades, que sería el mismo efecto en los multifondos (AFP) más riesgosos como el A y B.