Con cántico mapuche comenzó la ceremonia llamada «Por el Progreso de los Pueblos», celebrada por el Papa en Temuco.
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La base aérea Maquehue recibó a más de 200 mil personas. Justamente en ese lugar ocurrieron reiteradas violaciones a los derechos humanos entre 1973 y 1974, hecho que mereció las palabras del pontífice. «La celebración la ofrecemos por todos lo que sufrieron y murieron, por los que llevan en su espalda el peso de tanta injusticia», expresó el Papa Francisco.
Otra acción que sacó aplausos fue que el pontífice comenzara la homilía con una saludo en Mapuche diciendo «Mari Mari», que significa buenos días. «Este paisaje nos eleva a Dios y es fácil ver su mano en cada criatura. Multitud de generaciones de hombres y mujeres han amado y aman este suelo con celosa gratitud. Y quiero detenerme y saludar de manera especial a los miembros del pueblo mapuche. Así como también a los demás pueblos originarios que viven en estas tierras», indicó.
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«Esta tierra, si la miramos con ojos de turista nos dejará extasiados y luego dejaremos nuestro rumbo sin más. Pero si nos acercamos a su suelo lo escucharemos cantar y cantar con tristeza», dijo el Papa antes de recitar cuatro frases de una célebre canción de Violeta Parra.
«Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglos que todos ven aplicar», dijo la máxima autoridad de la iglesia católica. Posteriormente se refirió a la historia de Maquehue, por lo que pidió un momento de reflexión de parte de los feligreses.
También llamó a detener la violencia y a reforzar la unidad, haciendo alusión a los casos ocurridos en la región de La Araucanía. «No se puede pedir reconocimiento aniquilando al otro», indicó añadiendo que la utilización de violencia«termina volviendo mentirosa la causa más justa”.
Finalizó diciendo que «la unidad que nuestros pueblos necesitan es que nos escuchemos y principalmente que nos reconozcamos».