Una de las grandes ventajas que, a juicio del Gobierno, tendría la visita de Francisco en Chile sería el aumento del turismo en el país. Con una inversión de $7 mil de parte del Estado chileno, junto con los $4 mil millones que aportó la Iglesia Católica, se esperaba que al país llegara un gran número de extranjeros. La esperanza era que tanto Santiago, Temuco e Iquique se llenara de personas con acento argentino, peruano, boliviano, uruguayo, entre otros. Pero esto no ocurrió.
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Así al menos lo reconoció el Gobierno a través de una vocería realizada por la Ministra Secretaria General de Gobierno, Paula Narváez.
«No hubo visitas de extranjeros en el número que se proyectó, pero si por un número importante”, señaló la autoridad.
En ese sentido, precisó que fueron 11 mil turistas quienes asistieron a las actividades del Papa a lo largo del país, aunque no se indicó cuáles eran las cifras a las que se aspiraba.
Justificación del gasto
Por otra parte, consultada sobre los $7 mil millones gastados en la visita del Pontífice, Narváez aseguró que tales cifras se encuentran dentro de lo contemplado para visitas de Estado realizada por otros líderes mundiales.
«Cualquier visita oficial se realizan gastos importantes en materia de seguridad», justificó la autoridad.
