Una manta con el mensaje “Francisco aquí sí hay pruebas” con el rostro del peruano Luis Fernando Figari, fundador de un conservador movimiento católico y acusado de cometer abusos sexuales, fue colgada en un edificio frente a un famoso monasterio limeño donde Francisco conversó con religiosas.
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Días antes de iniciar su gira por Sudamérica, el Vaticano se hizo cargo del controvertido movimiento católico Sodalitium Christianae Vitae y designó un comisionado para hacerse cargo del grupo que tiene capítulos y alrededor de 20.000 miembros en toda Sudamérica y Estados Unidos.
Aunque Figari nunca fue acusado, muchas de las denuncias contra él, de abuso y humillación, fueron confirmadas al final por una investigación del Vaticano. Se ordenó a Figari poner fin a todo contacto con los miembros de la sociedad y desde entonces vive en Roma.
El mensaje colgado en el edificio recuerda el incidente ocurrido el jueves durante el fin de la gira de Francisco por Chile, cuando acusó a las víctimas de Karadima de haber calumniado a otro obispo, Juan Barros.
Las víctimas dicen que Barros sabía del abuso cometido por el cura Fernando Karadima pero nunca lo detuvo o denunció, lo cual es negado por Barros.
«El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros, allí voy a hablar», dijo Francisco a periodistas chilenos en la norteña ciudad de Iquique. «No hay ni una sola prueba en contra, todo es calumnia ¿Está claro?», añadió desatando la ira en Chile.