Luego de tres días, este lunes el Congreso de EEUU decidió que el gobierno de Estados Unidos volverá a abrir sus puertas, pero sólo hasta el 8 de febrero si los senadores no llegan a acuerdo para solucionar la situación de los «dreamers».
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A eso del medio día, el Senado estadounidense alcanzó los más de 60 votos (81 en total) necesarios para destrabar los fondos del Ejecutivo.
El líder de la mayoría senatorial, el republicano Mitch McConnell y el líder demócrata Chuck Schumer dijeron que las negociaciones duraron hasta bien avanzada la noche del domingo.
Para el lunes al mediodía estaba programada una votación para romper una maniobra dilatoria demócrata sobre una propuesta de financiamiento a corto plazo.
Bajo la propuesta en proceso, los demócratas aceptarían una medida de financiamiento por tres semanas, hasta el 8 de febrero, a cambio de un compromiso de los líderes republicanos en el Senado para lidiar con la política de inmigración y otros importantes asuntos legislativos en las próximas semanas.
Había indicios el domingo que la determinación de los demócratas comenzaba a ceder, debido al aumento de las preocupaciones de que un cierre prolongado podría convertirse en un dolor de cabeza electoral para el partido precisamente en momentos en que muestra más confianza sobre las perspectivas para los comicios de noviembre.
Trump
El lunes, el presidente Donald Trump acusó a los demócratas de dar prioridad a los servicios y la seguridad para los no ciudadanos sobre los ciudadanos estadounidenses. “No es bueno”, dijo en su primer tuit.
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“Los demócratas han cerrado nuestro gobierno por los intereses de su base de extrema izquierda. No quieren hacerlo pero son impotentes”, agregó.
El tuit de Trump pareció contradecir comentarios de su director de asuntos legislativos, Marc Short, quien le dijo a la CNN que los inmigrantes en cuestión son respetuosos de la ley y “productivos para nuestra sociedad”. Short indicó que el gobierno quiere “encontrar una vía para que ellos” se queden en EEUU.