«Puedo dar fe de que la denuncia de José Miguel Viñuela es completamente cierta». Así lo afirma otro ex alumno del colegio San Ignacio El Bosque. Pablo Torche. En una columna publicada en el diario El Mostrador, acusa «ceguera» del entonces rector del establecimiento, Fernando Montes, frente a abusos cometidos por un religioso jesuita.
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De acuerdo a las denuncias, el sacerdote Jaime Guzmán Astaburuaga fotografió a jóvenes estudiantes desnudos. La propia Compañía de Jesús ratificó que el padre Guzmán fue sancionado el año 2012.
Torche aludió a afirmaciones realizadas por Montes en el programa «Estado Nacional» de TVN. En ellas, el ex rector dijo que «nunca» recibió denuncias de abusos, aunque dijo que había reprendido «severamente» al autor de las fotografías.
El ex alumno consideró «incómoda» la situación del padre Montes. «Me parecen, por decir lo menos, desafortunadas las declaraciones de Fernando Montes», declara.
«No es cierto, o bien se trata de una interpretación muy mañosa de los hechos», agregó el escritor.
«Recuerdo que también se comentaban (entre los alumnos del colegio) unas extrañas palmaditas en el poto que algunos recibían una vez terminadas las confesiones. Se bromeaba con ello, se las llamaba ‘el saludo del futbolista», describe el ex estudiante.
«Después me enteré de que en algunos casos estas ‘palmaditas de futbolista’ distaban mucho de ser algo inocente», añade el hoy consultor educacional.
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«Fernando Montes sabía» de las fotos de jóvenes desnudos
Torche también relata los episodios ocurridos en los retiros organizados por el padre Guzmán en una residencia en Guayacán. «El último día en la tarde había piscina, y el cura incentivaba a que todos nos bañáramos desnudos», rememora.
«Lo raro es que fuera instigado precisamente por el cura, que se dedicaba a sacar fotos de cada uno», agrega. Más tarde, el padre Guzmán «ponía las fotos en el diario mural del colegio, no sin antes pintar con lápices scripto unos ridículos trajes de baño de colores, para cubrir las partes pudendas de los involucrados».
Según Torche, el asunto era visto como una humorada. «Toda la comunidad del colegio sabía y comentaba, partiendo por los alumnos y profesores, los apoderados y, desde luego, el rector de entonces, Fernando Montes», asevera.
Denuncia por tocaciones
No obstante, apunta que más tarde supo, de parte de otro alumno, «en un relato de cuya verosimilitud no me cabe la menor duda», que en el caso de ese compañero «había habido tocaciones de carácter sexual, y distintos episodios de abuso sexual que no quiso detallar». Habrían sido cometidos por el sacerdote Jaime Guzmán Astaburuaga.
Agregó que le aconsejó a su compañero que denunciara el caso. Él mismo le confirmó que los jesuitas habían activado un protocolo para este tipo de casos. Ello por la denuncia contra el padre Guzmán Astaburuaga.
«Fernando Montes se encuentra en la incómoda posición de tener que asumir, y explicar, que en la década de los 80 la práctica de Guzmán de fotografiar a adolescentes desnudos era completamente aceptada en el establecimiento», afirma Torche. «No digo que el tuviera conocimiento de los abusos (de hecho, le creo cuando asegura que no lo tenía), pero su ceguera frente al comportamiento de Guzmán, así como su eventual responsabilidad en los abusos cometidos en el colegio del que era rector, es algo que tendrá que explicar ante la opinión pública», enfatizó.