«Un país que crece, crea buenos empleos y mejora los salarios». Bajo esta premisa, cabalgó la campaña electoral de Sebastián Piñera para atraer a los votantes, en especial los pertenecientes a la clase media. La dinamización de la economía se expresará, quien lo duda, en el fortalecimiento del mundo laboral y este será uno de los focos principalísimos del nuevo ministro de trabajo, Nicolás Monckeberg Díaz, hoy diputado de la república por el partido Renovación Nacional.
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Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, el hoy parlamentario cuenta con un postgrado en Artes Liberales de la escuela de Extensión de la Universidad de Harvard. Ha sido Diputado por la Región del Biobío (2002) y, desde el 2010, por Cerro Navia, Quinta Normal y Lo Prado, en la Región Metropolitana.
En el perfil oficial de la página del presidente electo, se puede leer que en el año 2012 fue elegido Presidente de la Cámara de Diputados y es autor de varias leyes entre las que se incluyen la que protege el descanso dominical para los trabajadores del comercio y la ley que establece el permiso maternal para las mujeres que adoptan un hijo. Impulsó el Programa de Integración Laboral de personas con Síndrome de Down a la Cámara de Diputados, el que se mantiene hasta hoy. No es un improvisado en el mundo laboral, ya que formó parte de la comisión del ramo en la actual legislatura.
Pero desde el mundo de los trabajadores, se le estará vigilando con severidad, cuando no estableciendo una firme oposición. Bárbara Figueroa, desde la presidencia de la Confederación Unitaria de Trabajadores (CUT) y militante del Partido Comunista de Chile valora así el nombramiento. «Lo que se ve es una apuesta, que busca instalar muy pronto una agenda, en la cual destacan ex ministros en carteras trascendentales. No quieren perder un minuto. El del trabajo es un ministro que es diputado, que conoce de manera muy de cercana las reformas en la materia, que cuenta con oficio político. Pero también debemos recordar, que ellos fueron serios detractores de la titularidad sindical, así como del derecho a huelga».
Destacó Figueroa, que ahora no se le puede exigir neutralidad a las organizaciones, no inmiscuirse en política. «Por supuesto que el foco principal es la creación de trabajo decente, pero no a costa de derechos colectivos. Más empleos, pero de fachada no. Esperemos que esta creación de empleos, no sea a costa de una mayor precariedad, y que ante las organizaciones sindicales exista un diálogo sin condiciones», destacó Figueroa.
Nicolás Monckeberg Díaz fue nombrado en el año 2004 como uno de los 100 Líderes Jóvenes Globales por el Foro Económico Mundial. También impulsó y apoyó varias iniciativas de acción social, como la creación de talleres para internos de cárceles chilenas y el apoyo a personas con discapacidad. Mostró su faceta filantrópica, al respaldar de manera independiente la Fundación Abrazos, entidad que ayuda a madres de niños con discapacidades.