La «Operación Huracán» está provocando efectos devastadores en las relaciones entre la Fiscalía, Carabineros y, por añadidura, el Ministerio del Interior. Todo luego que se acusara a los uniformados de falsificar pruebas para agilizar así la detención de ocho comuneros de origen mapuche, acusados de cometer actos terroristas en la Región de La Araucanía.
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Y aunque en estricto rigor este ciclón comunicacional no ha dejado ningún damnificado con nombre y apellido, expertos aseguran que pronto podrían comenzar a salir a la palestra los primeros damnificados. Aquí, el análisis de expertos punto por punto
Fiscalía y allanamiento fallido
Todo comenzó cuando el Ministerio Público acusó a la policía uniformada de montaje. Para ello se solicitó un allanamiento a las dependencias de la Unidad de Inteligencia Especial Operativa (Uieo) del Departamento de Inteligencia Policial de Carabineros (Dipolcar) y del Laboratorio de Criminalística (Labocar) ubicada en Temuco. El procedimiento fue encargado a la PDI pero los investigados se negaron a acceder al proceso. ¿Por qué?
Tal como explica Luis Bobadilla, abogado y secretario de la Facultad de Derecho de la Universidad de Santiago, los uniformados sólo estaban acusando una falta de parte del fiscal Roberto Garrido, quien debía haber enviado una comunicación con al menos dos días de anticipación antes de proceder, a causa del artículo 209 del Código Procesal Penal.
«Este indica que cuando se quisiera realizar un allanamiento en edificios en que puede funcionar una autoridad pública o edificios militares, el fiscal debe oficiar previamente con 48 horas de anticipación. Esa comunicación debe contener el propósito de esa visita», detalla. Pero ello no ocurrió, lo que sería una grave falencia de parte del Ministerio Público.
Vacaciones en Miami
Otro de los puntos más alarmantes para los analistas fue las vacaciones que se tomó el director general de Carabineros, Bruno Villalobos. Fue el sábado en la noche, a menos de 24 horas de realizado el allanamiento, que la cabeza de los uniformados abordó un avión con rumbo a Miami, EEUU entregando una muy mala señal.
Eso es al menos lo que explica Máximo Quitral, doctor en Ciencia Política y académico de la Universidad de Chile. «Me parece irresponsable de un general, que en medio de un escándalo como este, se opte por irse de vacaciones. Hay un desorden absoluto», critica.
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En ese sentido, la única forma de solucionar tal error sería regresar y solicitar la renuncia de los líderes de equipos que manipularon las pruebas. «Lo lógico es la remoción de cargos pues si no lo hace, está avalando, a modo de señal, los cuestionamientos que ocurren dentro de Carabineros», precisa.
Desorganización
Cristián Leporati es director de la Escuela de Publicidad de la Universidad Diego Portales. Para él, hay dos crisis que atacar: la desorganización y la reputación de Carabineros.
Sobre el primer punto indica que «se ve que hay mucha descoordinación entre las instituciones. Una solución rápida sería, pensando que viene un nuevo Gobierno, juntar al ministro del Interior actual y al que asumirá pronto, a un representante de la Fiscalía y a un general de Carabineros con el objetivo de mostrarle a la gente que se trabaja en conjunto. Eso como una medida veloz», aclara Leporati.
En la otra materia es un poco más drástico. «Lo que hay en juego es la imagen de Carabineros, sobre todo en la opinión pública: que hay una desorganización muy grande. Entonces lo que corresponde en primera instancia es pedirle la renuncia al general Villalobos y también a la plana mayor de Carabineros. Es un primer golpe comunicacional que entrega la señal de limpieza», postula el profesor.