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Tensión en Argentina: Dirigentes sindicales “forrados” van a juicio mientras amenazan con paro general

El próximo 22 de febrero, la administración Macri enfrentaría una paralización de actividades, mientras la sociedad transandina sigue con atención el juicio a sindicalistas metidos a millonarios, como Hugo Moyano.

Política, fútbol, mucho dinero y corrupción. Estos serían los puntos pivotales de una trama policial, que no le envidiaría nada a «El padrino» de Mario Puzzo. Pero lo cierto del caso, es que el juicio al dirigente sindical argentino Hugo Moyano ha subido la temperatura en el mundo político de la nación transandina, en medio de las reformas que lleva adelante el presidente Mauricio Macri.

El octogenario líder sindical comparecerá este jueves a tribunales, en el marco de las investigaciones sobre los «turbios manejos» en dólares de los fondos de las barras bravas del Club Independiente del barrio Avellaneda, organización deportiva de la cual Moyano es el presidente. Paralelamente, los gremios de transporte han convocado a una protesta contra el gobierno de Macri, para el 22 de febrero, «en defensa de los salarios y las pensiones».

Hugo y Pablo Moyano, presidente y vice del club de Avellaneda, deben comparecer ante el juez federal Luis Armella, a fin de darle o no «luz verde» a la causa por lavado de activos en la institución. ¿Los cargos? Asociación ilícita, lavado de dinero a través de testaferros, entre otras actividades delictivas.

En carta pública al jefe del ejecutivo argentino, Moyano criticó al mandatario, le recordó que en el pasado tuvo que enfrentar a la justicia y no le encontraron pruebas en su contra e instó a Macri a responder por las acusaciones que le relacionan con los «Panama Papers».

«(Moyano) Tiene que ser consciente de que es un ciudadano más. Cuando hay demandas judiciales, esa idea de victimizarse y de amenazar ya no va más. Nadie tiene privilegios en esta Argentina», expresó Marcos Peña, el jefe de gabinete en la Casa Rosada.

«Espero que después de todos los allanamientos en el club y la sede de Camioneros no quede yo como el jefe de Moyano, sería el colmo de los colmos. Si la barra es una asociación ilícita estaría en el Código Penal. No soy yo quien les paga las cosas a los pibes, el que les da los micros. ¿Quién es el jefe, el chancho o el que le da de comer? Yo soy el chancho y acá lo estoy pagando, en un corral (por la cárcel)», expresó Pablo «Bebote» Álvarez, vinculado a las barras bravas y que ha declarado con contra del clan Moyano, que vivió tiempos dorados cuando Néstor Kirsner y su esposa Cristina Fernández, despachaban desde la Casa Rosada.

La diputada Graciela Ocaña dijo que por haber denunciado el vínculo del sindicalista con aquella red de sociedades de la tercera esposa de Moyano, Liliana Zulet, terminó en 2010 siendo eyectada del Ministerio de Salud de la Nación. «Los trabajadores aportan para la obra social, que pasa los fondos a las empresas de Moyano, donde queda la ganancia y luego no se sabe dónde termina», informó la parlamentaria.

La saga de este escándalo apenas comienza.

 

 

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