A través de un comunicado oficial de la Santa Sede, se dio a conocer que el Papa Francisco envío a Chile a Charles, J, Scicluna, Arzobispo de Malta y Presidente del Colegio para el examen de los recursos en la Sesión Ordinaria de la Congregación para la Doctrina de la Fe, con el objetivo de escuchar a las víctimas de Fernando Karadima.
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Recordemos que la visita del Sumo Pontífice se vió empañada por el caso del Obispo Barros. Esta situación fue subiendo de tono, tras el respaldo sede Francisco al actual Obispo de Osorno quien se encuentra cuestionado como supuesto encubridor de los abusos sexuales contra menores cometidos hace unos años por Karadima.
Análisis de las decisiones
Dentro de los hitos que han acompañado esta polémica durante y tras la visita, se destacan varios: la asistencia de Barros en primer plano a las actividades, la defensa del Papa en cámara pidiendo antecedentes, su pedido de perdón por la forma de decirlo, el envío de este investigador.
German Silva, académico de la Universidad Mayor y analista político analizó la estrategia política que pudo estar detrás de esta toma de decisiones. Para el especialista, el envío del obispo investigador es la primera señal potente.
«Con esta acción, buscaron reparar las malas desiciones anteriores», señaló. También apuntó a que mediáticamente, las anteriores manifestaciones del Papa frente al tema no habrían sido muy estratégicas, resultando contraproducentes. «Especialmente cuando pidió perdón por la forma en que se había expresado, pero de igual manera dejó presente el punto de `necesitar los antecedentes`.
¿Por qué no antes?
El analista también señaló que fue una mala decisión no prevenir. «La visita del Papa estaba planificada hace tiempo. Hubiese sido mejor enviar al obispo investigador antes. Así, el Papa habría venido a la visita ya tomando cartas en el asunto y no se hubiese empañado todo por esta situación», explicó Silva.
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«Incluso podrían haber encontrado una manera para que Barros no tomara tanto protagonismo en las actividades. Pero todo lo que hicieron hace pensar que le bajaron el perfil a la situación y fue aún peor», agregó.
La frase que encendió la hoguera
“El día que me traigan una prueba contra el obispo Barros ahí voy a hablar. No hay una sola prueba en contra, todo es calumnia. ¿Está claro?». Esa habría sido la frase que no sólo encendió a la prensa, sino que a las víctimas del caso también.
José Andrés Murillo, James Hamilton y Juan Carlos Cruz, víctimas de Fernando Karadima, calificaron como “ofensivas” las declaraciones del Papa Francisco en aquél momento.
Ahora que el Vaticano está dispuesto a investigar, las víctimas entregaron una serie de antecedentes que a su juicio vincularían a Barros como cómplice de estos hechos y confirmarían que Barros era parte del círculo de confianza de Karadima.