Eran 21 niños los que viajaban en un bus de la compañía Meltur desde Santiago a Asunción, Paraguay. En la máquina iban también otros 16 adultos, entre padres, apoderados, profesores y directores de un par de escuelas de fútbol de Quilicura y Lican Ray. De pronto, en el sector de Las Cuevas, en la provincia de Las Heras de Mendoza, el bus terminó volcándose y, con ello, tres niños perecieron.
PUBLICIDAD
Uno de los viajeros era Jason Contreras (18) quien iba abordo del bus junto a su madre. En una entrevista otorgada al diario argentino Los Andes de Mendoza, relató los minutos de terror que vivió cuando la máquina chocó.
Velocidad
«El bus venía muy rápido y empezó a adelantar a los camiones en la curva. Los profesores le gritaban que iba muy rápido y él lo único que le importaba era pasar los camiones y llegar rápido a Argentina», afirmó el joven.
Agregó además que «hasta que pasamos la frontera y quiso adelantar un camión y se vino otro bus encima, entonces él se tiró hacia el lado y ahí fue donde nos volcamos».
Minutos de terror
Mientras la máquina se volcaba, asegura que sintió un ruido fuerte: explotaron las ventanas.
«Vi como se reventaron los vidrios, todo. Después salimos y vimos a la gente llorando», agregó el muchacho, que tras el incidente se encontró con su madre, Ruth Rozas.
Ella también fue entrevistada por el medio trasandino que indicó que «apenas llegamos a Argentina el chofer quiso adelantar un camión pero le tocó un bus de frente, él se tiró a la orilla y empezamos a dar vueltas. Quedamos todos colgados, no podíamos salir y fallecieron tres que iban con nosotros».
PUBLICIDAD
Afirma que, a causa de la velocidad a la que iba la máquina, uno de los profesores les exigió a todos los pasajeros ponerse cinturón de seguridad. Para ella, este gesto fue vital para salvar vidas.
«Quedamos todo conscientes, fue como una pesadilla de la que no nos podíamos despertar», precisó.