Ocho soldados turcos murieron el sábado durante una operación militar contra rebeldes curdos sirios, en la jornada más cruenta de la ofensiva lanzada hace dos semanas en el bastión de Afrin, mientras que en otra parte de Siria combatientes vinculados con Al Qaeda derribaron un jet caza ruso y mataron al piloto.
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El ejército turco informó el sábado en la noche en un comunicado que cinco soldados murieron cuando el tanque en que se desplazaban en Siria fue atacado cerca de Afrin. Los efectivos no pudieron ser salvados pese a los esfuerzos, agregó.
La cifra total de militares turcos muertos asciende a 13 desde que Ankara comenzó su operación Rama de Olivo el 20 de enero.
Turquía lanzó la incursión contra Afrin para expulsar a los rebeldes curdos sirios pertenecientes a las Unidades de Protección Popular, o YPG, que tienen el apoyo de Estados Unidos y a las que Ankara considera una organización terrorista extensión de los insurgentes curdos que combaten dentro de territorio turco.
Desde Estambul, el portavoz presidencial Ibrahim Kalin dijo que Turquía no tolerará la presencia de las YPG “en ninguna parte” a lo largo de su frontera sur, lo que deja entrever que Ankara podría ampliar su operación en Afrin hacia el este. Turquía exige antes que nada que las YPG se desplacen hacia el este del río Éufrates y abandonen la localidad de Manbij, donde se encuentran los efectivos estadounidenses que apoyan a los combatientes curdos sirios, señaló Kalin.
El portavoz pidió a Estados Unidos “desligarse” de las YPG y afirmó que Turquía mantendrá la comunicación con “nuestros aliados estadounidenses para evitar cualquier confrontación”.
Turquía comparte una frontera de 911 kilómetros con Siria. Las YPG controlan gran parte del territorio a lo largo de la frontera y un corredor desde Manbij hasta la frontera con Irak.
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En tanto, en la conflictiva provincial de Idlib, en el noroeste, combatientes vinculados con Al Qaeda dijeron haber derribado un caza ruso y matado al piloto que se expulsó de la aeronave y llegó a tierra.
El piloto se resistió a ser capturado y abrió fuego contra los rebeldes, que lo mataron a tiros, según uno de los insurgentes y observadores sirios.
El ministerio de Defensa de Rusia confirmó el derribo del Su-25 y la muerte del piloto en un enfrentamiento con los “terroristas”. Según un despacho de la Televisora Zvezda del ministerio, la información preliminar indicó que el avión fue derribado por un misil portátil tierra-aire en una zona bajo control de una célula de Al Qaeda en Siria.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Gran Bretaña, dijo que la aeronave fue derribada cerca de la localidad de Saraqeb, bajo control rebelde, y a la que los efectivos sirios intentan recuperar con apoyo de la aviación rusa.