Las primeras canciones de Fabricio Alvarado como salmista -cantante de música cristiana- datan desde hace más de un década y no solo hablan de su adoración a Dios, sino también del amor hacia su esposa y su familia.
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Este mensaje de valores familiares y tradicionales es el que ha permitido al pastor evangélico alcanzar el primer lugar (con un 25,2% de los votos) en la primera vuelta de las elecciones presidenciales realizadas el domingo en Costa Rica, un país donde el 62% de la población es católica y el 25% es protestante.
Justamente, tras conocer los resultados de la primera vuelta, el también diputado dio las gracias por este desenlace en ese mismo orden: “Gracias a Dios, a mi esposa y a mis hijos”, dijo Alvarado entre la algarabía de los seguidores del partido conservador Restauración Nacional.
Hace solo unas semanas, la intención de voto de Alvarado llegaba apenas al 3%. Sin embargo, todo cambió el 9 de enero cuando la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) opinó que Costa Rica y otros 11 países deberían permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo. La respuesta del pastor en contra al matrimonio igualitario le ganó los votos del sector conservador del país. También ayudó su constante oposición al plan de educación sexual que el actual gobierno costarricense planea implementar en sus escuelas.
Otras se las propuestas de Alvarado son la lucha contra la corrupción, la reducción del gasto estatal e impulsar una reforma educativa que se oponga a la llamada “ideología de género” que tanto él como sus seguidores aseguran se quiere imponer en las escuelas. Incluso se ha mostrado dispuesto a promover la salida de Costa Rica de la CIDH.
En la segunda vuelta del 1 de abril, el religioso se enfrentará a Carlos Alvarado, candidato oficialista del Partido Acción Ciudadana, que obtuvo un 21,7% y representa al sector más progresista del país.