Pese a los esfuerzos y esperanzas del expresidente Rafael Correa, el resultado del plebiscito en Ecuador es claro: 64,32% de los votantes apoyan la derogación de la reelección indefinida. Debido a ello, Correa, que hace campaña por el No desde diciembre, no podrá volver a postularse al sillón presidencial ecuatoriano, que ocupó en dos ocasiones consecutivas entre los años 2007 y 2017.
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Mientras era presidente, Correa impulsó una enmienda constitucional en 2015 para permitir la reelección indefinida. Sin embargo, al ser acusado de querer perpetuarse en el poder, no se presentó a los comicios del 2017 y promovió la candidatura de Lenin Moreno, actual presidente, por su propio partido Alianza País.
Hoy, ambos están distanciados pues tras impulsar el plebiscito, el actual presidente pretende “descorreizar” la política ecuatoriana. Esto empezará por la separación de los funcionarios públicos que aún son leales a Correa.
“Hoy es el tiempo de los jóvenes líderes. Partidos políticos: ¡A renovarse! El pueblo dijo Sí. Los políticos que ansiaban eternizarse no volverán nunca más”, publicó Moreno en Twitter a manera de celebración.
A pesar de todo, el expresidente no considera la jornada como una completa derrota. Ello, debido a que el No, por el que votó el sector de la población fiel a Correa, superó el 30 por ciento. Por tanto, el correísmo todavía contaría con un apoyo popular considerable en Ecuador.
“La lucha continúa. No podemos aceptar en un Estado de Derecho, tamaño rompimiento constitucional. ¡Hasta la victoria siempre!”, dijo Correa tras anunciarse los resultados del plebiscito.
El domingo, antes de conocer los resultados, Correa adelantó que, tras la división de su agrupación, ya se planteaba la idea de fundar un nuevo partido. Si bien ya no podrá postular a la presidencia y su futuro es aún incierto, es probable que se mantenga como un personaje influyente en la política de su país.
