La juez británica Emma Arbuthnot rechazó ayer levantar la orden de detención contra el australiano Julian Assange, fundador de Wikileaks. Por tanto, si abandona la embajada ecuatoriana en Londres, donde permanece desde el 12 de junio del 2012, será arrestado.
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Los abogados de Assange habían pedido que se revocara la orden debido a que el caso contra el activista por presuntos delitos sexuales en Suecia ha sido desestimado por la justicia del país europeo. Sin embargo, la jueza declaró no “estar convencida” de acceder a este pedido pues Assange violó los términos de la libertad condicional concedida en 2010 al refugiarse en la embajada ecuatoriana.
Assange teme ser extraditado a Estados Unidos debido a que su portal Wikileaks ha publicado miles de documentos clasificados por el gobierno norteamericano. Esa fue la razón para refugiarse en la embajada británica y no enfrentar las acusaciones en su contra en Suecia.
Otro de los argumentos de su abogado, Mark Summers, es que Assange ha permanecido estos cinco años y medio en condiciones ”equivalentes a las de la prisión, sin acceso a atención médica adecuada o luz solar, en circunstancias que han deteriorado y puesto en riesgo su salud física y psicológica”.
Para Ecuador, la situación de Assange se ha vuelto incómoda y el presidente Lenin Moreno intenta remediarla. Por eso se le concedió la nacionalidad ecuatoriana a principios de año pero Reino Unido rechazó reconocer su status como diplomático. Sin embargo, el propio fundador de Wikileaks complica su situación al pronunciarse sobre política internacional afectando así las relaciones diplomáticas entre Ecuador y otros países.