Ante un atraso, el reloj parece correr mucho más rápido de lo normal. Eso podría estar percibiéndose en el Ministerio de Transportes a causa de la pausa en la licitación, proceso que buscaba renovar 3 mil de los 6.500 buses que existen en el Transantiago, pero que se detuvo el pasado 25 de enero por una orden del Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (Tdlc).
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En la práctica quedan cuatro semanas para la llegada de la administración de Sebastián Piñera y todavía no se conoce qué empresa se quedará con las unidades 1, 4, 6, 7, 8 y 9 que están en concurso, con recorridos por comunas como Peñalolén, La Reina, Macul, Ñuñoa, Independencia, Huechuraba, Lo Barnechea, Providencia, Las Condes, Vitacura y Puente Alto, por citar algunas. Estas recibirían 90 buses eléctricos y 90 de alto estándar, además de nuevos operadores. Pero como la licitación está pausada, ¿llegarán estas máquinas?
Frenó la llegada de buses
Si la licitación se rechaza, hay que crear nuevas bases, es decir, cambiar todo. En tal escenario tales micros podrían no estar incluidas. En cambio, al continuar con la licitación actual, la llegada de tales buses también podrían sufrir una tardanza en su llegada, sobre todo si no se cumple el cronograma.
Para la ministra de Transportes, Paola Tapia, esto no es tan grave pues es un error ver el concurso sólo como la renovación de micros. «No se trata de un cambio de buses; esa sería la peor forma de ver la licitación, se trata de un cambio integral, que busque integrar la llegada de nuevos contratos, nuevos incentivos y nuevos buses que el sistema requiere», afirmó en conversación con Publimetro.
El director Metropolitano de Transportes, Guillermo Muñoz, fue más práctico y agregó que la licitación se detiene o rechaza, efectivamente podría retrasar la llegada de esas máquinas pues «las precautorias que se pusieron en el Tdlc detienen este proceso».
Daño de imagen país
Otra arista que queda abierta es la imagen se da a los empresarios extranjeros sobre la inversión en el país. ¿Qué señal se da?
«Se ve muy mal porque el venir a invertir supone gastos importantes de instalación y se elige Chile por lo que representa como país serio y estable», indicaron a Publimetro desde la londinense Tower Transit, una de las dos compañías extranjeras que seguían en concurso antes que la licitación se pausara.
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Indican además que no hay problemas políticos en caso que el concurso finalice en el próximo Gobierno. Lo que sí temen son los plazos.»Esta licitación está hecha por el Estado y son ejecutadas por la administración o gobierno de turno. Lo lógico es que siga su cronograma y se resuelva ahora, pues hay costos y plazos comprometidos. Solo un ejemplo: la fábricas, para poder entregar 500 ó mil buses, necesitan de una cantidad de meses
Incertidumbre en fechas
Como Tdlc no tiene la obligación de cumplir con fechas, su carta Gantt en esta materia es un misterio. De hecho, a Transportes se les acaba el plazo, sobre porque este martes les fue requerido un «Informe costos de terminales en operación», con tres días hábiles de plazo. Con ello deben comprobar que el traspaso de los terminales a los ganadores del concurso favorece la libre competencia.
Aún así siguen optimistas. «Lo único que queda es abrir los precios, no hay ningún trámite pendiente», sostuvo la Ministra mientras un asesor miraba el reloj. Después de la entrevista debía irse rápido. No dijo qué tenía que hacer.