«Háganse la pregunta: ¿por qué la dejé viva?». Así enfrentó José Manuel Navarro, imputado por el secuestro de la niña Emmelyn Catalina Canales, a la prensa que le esperaba cuando se produjo su salida de la sede de la PDI, en la ciudad de Curicó.
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En medio de un enjambre de periodistas y cámaras, Navarro salió custodiado por dos agentes de la PDI. A paso firme, sin señales de arrepentimiento, Navarro pasó sin mirar a nadie y dejó la enigmática pregunta a los profesionales de la comunicación.
Posteriormente, abordó la camioneta que le llevaría a la ciudad de Licantén, a fin de ser plenamente formalizado.
Al momento de salir la caravana, decenas de personas le gritaron al secuestrador y clamaban justicia.