Con una genuina alegría y un alivio que se expresó de norte a sur, amaneció Chile el pasado sábado. Y es que la noticia de la aparición «sana y salva» de la pequeña Emmelyn (11) fue motivo de satisfacción para todos, ya que se ponía fin a una semana de tensión y angustia, tras el secuestro de la menor por parte de un conocido de la familia, José Miguel Navarro (31), quien llevó bajo engaño al abuelo de la niña en búsqueda de un «entierro» o tesoro, en la localidad de Licantén.
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Sombras nada más
Mientras la niña prestaba declaraciones a Fiscalía y a la PDI en conjunto con un psicólogo para su cuidado, muchas son las incógnitas, muchos son los misterios que rodean este caso, que presenta antecedentes de abuso sexual en el entorno familiar y que fueron denunciados en su oportunidad por las autoridades del colegio de la menor. La madre Sandra Vidal reconoció haber guardado silencio sobre este tema tan delicado, «para evitar problemas en la familia».
Salvar la vida
Tras la entrega concertada entre la hermana del captor, Olga Canales, y la Policía de Investigaciones (PDI), Emmelyn está siendo atendida en el Hospital de Cubicó, cuyo director médico confirmó que la niña tan sólo presentó algunos rasguños, producto de las largas travesías por los bosques de la localidad, lugares accesibles para un experto conocer como Navarro, a quien se le conoce como el «Zorro salvaje», y quien evitaba ser linchado por una poblada enardecida. «Yo no traicioné a mi hermano: le dije que debía entregarse con la niña. Soy madre y no me gustaría que algo así sucediese con uno de mis hijos», comentó Olga Navarro, enlace clave con la PDI.
¿Un tesoro o un boleto a la libertad?
Los lugares que fueros rastreados fueron Licantén y Vichuquén. En ambos sitios, han explotado el ala turística por las historias de brujas que envuelven la zona, con la aparente presencia de «entierros» o tesoros ocultos. El territorio de la búsqueda fue de 500 hectáreas y todo un contingente de agentes de los cuerpos de seguridad, así como de vecinos y voluntarios, buscaron «hasta por debajo de las piedras», sin resultados satisfactorios. Y es que el conocimiento del terreno por parte de Navarro, ex convicto por agresiones sexuales a una de sus hermanas, fue determinante para alimentarse de raíces y frutas, además de construir lechos para descansar con cortezas de árboles.
El enigma de la pregunta
«Háganse la pregunta: ¿por qué la dejé viva?». Así enfrentó José Manuel Navarro, imputado por el secuestro de la niña Emmelyn, a la prensa que le esperaba cuando se produjo su salida de la sede de la PDI, en la ciudad de Curicó. En medio de un enjambre de periodistas y cámaras, Navarro salió custodiado por dos agentes de la PDI. A paso firme, sin señales de arrepentimiento, Navarro soltó esa «bomba» que aún no tiene respuesta.
Lo que viene
Mañana finaliza el período de detención de Navarro en Rancagua, establecido por el Juez Marcial Toborga, en la audiencia de formalización. El fiscal del caso Mauricio Richard destacó que el ministerio público se querellaría en torno a los abusos que habría sufrido la menor en 2016.
«Padre es el cría y no el que engendra». Con estas lapidarias palabras se pronunció el tío de Emmelyn, Marcos Vidal, sobre lo lejano que ha estado el padre, Christian Canales, de las cotidianidad y necesidad de la víctima. El padre reclamaría la custodia de Emmelyn.
«Esta es una felicidad enorme. Ella está contenta de haber regresado, pero la ví flaca. Lo complicado ahora es que ahora viene un juicio y hay personas que se van a hacer famosas, como el padre (Christian Vergara). El nunca estuvo presente en la vida de la niña, en los 10 años de vida de ella», denunció el familiar en declaraciones a Chilevision.