Que alguien diga que se encuentra por cuatro días en un resort en República Dominicana puede provocar la envidia de muchos. Pero algo radicalmente distinto a lo que cualquiera pueda imaginar es lo que viven 150 pasajeros -la mayoría chilenos- que compraron un pasaje de avión con la aerolínea LAW y que se encuentran varados en ese país sin poder hacer mucho.
PUBLICIDAD
Una de ellas es Francisca Hidalgo, quien el sábado pasado abordó un avión desde Miami a Chile con escala original en Caracas, Venezuela. Por motivos que desconoce, cambiaron la realización de ese trámite por el aeropuerto La Romana de Dominicana. Ahí empezó su drama. Tras una hora 20 minutos de espera, la llevaron a un hotel y la pasaron a buscar el domingo temprano con dirección al terminal aéreo.
Recomendados
“Llegó la hora de pagar”: el nuevo rol de la cobranza tras el término de Estado de Excepción
Llega nueva App de delivery a Chile: prometen entregas en 15 minutos
Pymes aumentan en 50% sus utilidades con transformación digital
«Había gente que había pasado la noche ahí, alrededor de 60 a 80 personas, que estaban haciendo la cola para abordar el avión del domingo. Pero llegó tanta gente, además de los pasajeros que tenían pasajes para el vuelo de ese día, que no hubo cupo para todos».
Atrapados
Tras esto, todos los días la comenzaron a llevar a un hotel sólo para hacerla esperar en el lobby con la promesa de que en cualquier momento la acomodarían en otro vuelo. «Uno está todo el rato con la incertidumbre de que puede llegar un bus a buscarte», relata.
La escena es similar a la vivida por Javier Valenzuela, productor de Alejandra Azcárate, la humorista colombiana que se presentará en el próximo Festival de Viña del Mar. También con ticket de Miami a Chile con escala en República Dominicana, relata que la espera se ha vuelto agotadora.
«Estamos en un resort, pero encerrados, sin hacer mucho. Terminamos varados, pero esta vez en el lobby de un hotel», comenta afligido.
No obstante, destaca que desde Cancillería han estado todo el tiempo preocupados por su situación. «Se han contactado con nosotros», comenta Valenzuela y explica que ya se ha sabido que están haciendo gestiones para que puedan salir luego del drama en el que están.
Ambos coinciden en que la desinformación es angustiante y que no le desean esto ni a sus peores enemigos. Por otra parte, las responsabilidades de la empresa ya se verán más adelante, cuando lleguen, por fin, a Chile, país donde tienen a toda su familia y donde la mayoría de los pasajeros varados tienen también a sus abogados.