El reciente retiro de su invitación a la Cumbre de las Américas de abril no es la única muestra de que el presidente venezolano Nicolás Maduro se está quedando cada vez más aislado. Miles de venezolanos abandonan su país cada día a causa de la crisis económica y la escasez de productos básicos como alimentos y medicamentos. La mala relación del presidente Maduro con sus vecinos agrava la situación de estos migrantes.
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Tanto Juan Manuel Santos en Colombia como Michael Temer en Brasil han dispuesto mayor control en sus fronteras con Venezuela para organizar mejor la llegada de los migrantes. Si bien Santos ha ofrecido el envío de ayuda humanitaria a su país vecino, también ha criticado a Maduro en varias ocasiones y ha llamado a su gobierno una “revolución fracasada”.
A esto se suma la pérdida del voto para Venezuela en la Asamblea General de las Naciones Unidas debido a la falta de aportes al presupuesto del organismo internacional. Lo mismo ocurrió el año pasado. El gobierno de Maduro había logrado saldar en parte la deuda, pero nuevamente cayó en la misma situación.
Ideológicamente, tampoco le quedan muchos aliados en la región. Uno de ellos era Rafael Correa en Ecuador, pero el gobierno de Lenín Moreno se ha alejado mucho de su antecesor.
El presidente boliviano, Evo Morales ha sido el único en protestar públicamente por la exclusión de Venezuela de la Cumbre que se realizará en Lima.