El príncipe Enrique, nacido en Francia y esposo de la reina Margarita de Dinamarca, que expresó en público su frustración por no tener la misma categoría social de su esposa o su hijo, murió la noche del martes junto a su familia a los 83 años mientras dormía en palacio.
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Enrique se convirtió en príncipe consorte cuando Margarita accedió al trono en 1972. No obstante, era conocido su rechazo al papel que él mismo catalogó como de «segundón» o de «florero» al que estaba relegado y a sus excentricidades.
Para una de las ediciones de al gala del Fondo Mundial para la Naturaleza llegó vestido de oso panda, sacó la lengua a periodistas, se paseo por un barrio de Copenhague conocido por la venta de hachís, se jactó de comer carne de perro e inclusive grabó una canción en piano con un grupo de rock, de acuerdo con medios europeos.
Problemas con la monarquía
El jovial príncipe era conocido por ser franco y directo. Polémica causó en 2002 cuando faltó al matrimonio de Guillermo y Máxima de Holanda, mismo día en que fue publicada una entrevista al diario danés BT donde señalaba que se retiraría a «reflexionar sobre su vida» al su castillo en el sur de Francia porque se sentía «inútil y relegado», de acuerdo con El País.
Desde entonces el príncipe consorte dejó de asistir a algunos de los compromisos sociales con la monarquía, a los que asistía sola una enfadada reina Margarita, quien ya no tenía excusas para justificar la ausencia de su marido, con quien a pesar de esto llevaron enamorados medio siglo de matrimonio, según el medio.
Palacio dijo la semana pasada que su salud había “empeorado seriamente”. Hace dos semanas le habían diagnosticado al príncipe, que ya padecía demencia que lo había alejado completamente de la vida pública, un tumor benigno.
El príncipe heredero Federico, miembro del Comité Olímpico Internacional, regresó a casa de los Juegos de Invierno en Corea del Sur.
