El viernes, el cuerpo de Joanna Daniela Demafelis, una mujer filipina de 29 años que trabajaba desde 2014 como empleada doméstica en Kuwait, fue encontrada congelado en un refrigerador en un apartamento abandonado. El cadáver mostraba signos de haber sido víctima de violencia y abuso sexual. Tras la autopsia, se descubrió que tenía tres costillas rotas, hemorragias internas y marcas de tortura.
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Sus empleadores y dueños del apartamento donde la encontraron, un libanés y una siria, han desaparecido desde noviembre del 2016. Las autoridades buscan su paradero pues serían los responsables de la muerte. El apartamento ha estado abandonado desde entonces.
«Espero que mi hermana reciba justicia», afirmó su hermano Demafelis hoy mientras esperaba la llegada del féretro al aeropuerto de Manila (Filipinas). Mañana será llevada a su pueblo natal, Iloilo, a 400 kilómetros de la capital.
El caso ha provocado tensión diplomática entre Filipinas y Kuwait. Incluso el presidente filipino, Rodrigo Duterte, ha afirmado que los más de 250 mil connacionales que trabajan en Kuwait son víctimas de constante abuso por parte de sus empleadores. Agregó que el gobierno lo sabe y no hace nada por estos trabajadores que no están protegidos por la ley de Kuwait. Se estima que al menos 11 mil de ellos no cuentan con documentación y tienen una situación de ilegalidad allí.
«¿Cuándo terminará el trato inhumano a los trabajadores filipinos? ¿Hay algo malo con su cultura o con sus valores?», preguntó Duterte al pueblo de Kuwait.
El presidente incluso ha ofrecido vuelos gratis a sus connacionales para regresar a Filipinas. Se estima que al menos 10 mil de ellos retornarán por este medio a su país.
Duterte también ha ordenado una prohibición a la salida de nuevos trabajadores filipinos a Kuwait. Recordó que 82 trabajadores de su país murieron en el lugar durante el 2016 y que ese número aumentó a 103 el año pasado. Se sabe que estas labores domésticas toman hasta 20 horas al día y que personas han llegado a suicidarse a causa de estos abusos.
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Los dos países retiraron temporalmente sus embajadores pero ayer retornaron a sus labores y las relaciones entre ambos se normalizaron. El canciller filipino, Alan Peter Cayetano, informó que las autoridades kuwatíes le han prometido hacer «todo lo posible» para hallar a los sospechosos de la muerte de Demafelis y llevarlos ante la justicia.