La agencia de bienestar infantil de Florida investigó al presunto autor de una masacre en una escuela secundaria que causó 17 muertos después de que se grabó en un video autolesionándose con un objeto cortante, pero luego concluyó que estaba estable, según los registros estatales.
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El diario Miami Herald obtuvo registros del Departamento de Niños y Familias de Florida y reportó el sábado que Nikolas Cruz publicó un video en la red social Snapchat mostrando cómo se cortaba en los brazos en 2016.
Alguien llamó a la agencia estatal para que investigara. Cruz, entonces de 18 años, fue catalogado como una «presunta víctima» de negligencia médica y supervisión inadecuada. Su madre adoptiva, Lynda Cruz, entonces de 68 años, fue identificada como la «presunta perpetradora».
«El Sr. Cruz estaba en Snapchat cortándose en ambos brazos», se le dijo a la línea directa de alerta del Departamento estatal en agosto de 2016. «El Sr. Cruz tiene cortes frescos en ambos brazos. El Sr. Cruz dijo que planea salir y comprar un arma».
Según el periódico, la investigación del Departamento terminó el 12 de noviembre. La agencia concluyó que Cruz no había sido maltratado por su madre, que estaba recibiendo atención adecuada de un consejero de salud mental y que asistía a la escuela.
«Henderson evaluó a la (víctima y) la encontró lo suficientemente estable como para no ser hospitalizada», dijo el informe del departamento.
Cruz había sido diagnosticado con autismo, un trastorno neurológico que a menudo lleva a la torpeza social y el aislamiento, así como con trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
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Los documentos proveen pruebas adicionales de que Cruz era un adolescente con problemas antes de ser acusado de 17 cargos de asesinato por el ataque del miércoles en la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas.
El viernes, el presidente Donald Trump visitó el Hospital Broward Health North, donde vio a dos víctimas y elogió a los médicos y enfermeras por su «increíble» trabajo.
Acompañado de la primera dama Melania Trump, también expresó sus respetos a los policías de Fort Lauderdale, diciendo a los agentes que esperaba que estuvieran «recibiendo el crédito» que se merecían.
Preguntado si había hablado con las víctimas, Trump agregó: «Lo hice, de hecho, y es muy triste que algo así pueda haber pasado».
Trump está pasando el fin de semana en su finca Mar-a-Lago en Palm Beach, a unos 65 kilómetros de la escena del tiroteo.