A las primeras horas de la salida al mercado de lo que podría considerarse la versión venezolana del bitcoin, el petro, registró compras equivalentes a 735 millones de dólares, afirmó el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, sin abundar en detalles.
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El petro tiene como respaldo las reservas petroleras de Venezuela, las más grandes del mundo. Sin embargo, ha salido al mercado en momentos en que el país socialista se hunde cada vez más en una crisis económica caracterizada por una galopante inflación y escasez de alimentos que obliga a los habitantes a hacer fila durante horas para comprar artículos ordinarios.
“Hemos dado un paso gigantesco en el siglo XXI”, declaró Maduro en un mensaje a nivel nacional. “Estamos a la vanguardia tecnológica del mundo”, agregó.
La presentación del petro tuvo lugar en un estudio con público en vivo dentro del palacio presidencial de Miraflores, con alfombras rojas y un escenario ostentoso en el que sobresalía un logotipo con la “P” de petro.
Maduro recibió una breve demostración sobre la sofisticada tecnología digital necesaria para apoyar la moneda digital y escuchó una explicación de a un ejecutivo ruso de una compañía que administrará la plataforma.
El presidente, que también autorizó pagos en criptomoneda para los servicios consulares de Venezuela y los combustibles en la frontera, dijo que es simplemente la “kriptonita perfecta” que Venezuela necesita para enfrentarse a Supermán, en alusión a lo que él describe como el imperialismo de Estados Unidos.
Sin embargo, las autoridades venezolanas han informado poco sobre los detalles esenciales de funcionamiento del petro, asegurando a los inversionistas que es segura. Analistas de la situación en Venezuela lanzaron una advertencia a los posibles inversionistas.
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«Mi consejo sería tener sumo cuidado con esto, especialmente tomando en cuenta el historial que tiene el gobierno venezolano», manifestó Federico Bond, cofundador de Signatura, una empresa de monedas digitales con sede en Argentina.
El gobernante venezolano había anunciado a finales del año pasado que iba a crear la divisa a fin de evadir las sanciones económicas estadounidenses, que impiden a Venezuela emitir nuevos instrumentos de deuda debido a sus problemas de liquidez. El gobierno dijo que emitirá 100 millones de petros digitales en el primer año, con la expectativa de vender 38,4 millones el martes a un valor de 60 dólares cada uno.
Si los inversionistas compran todas las criptomonedas ofrecidas en venta, el gobierno podría captar varios miles de millones de dólares en momentos en que el país tiene una inflación exorbitante y carencia de efectivo. El gobierno afirmó que los venezolanos podrán utilizar las criptomonedas para pagar impuestos y servicios públicos. Sin embargo, debido a que el salario mínimo venezolano ronda los tres dólares al mes, es poco probable que los ciudadanos las compren en grandes cantidades.
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos ha advertido a sus ciudadanos y empresas que si compran petros podrían infringir las sanciones, lo que supone un obstáculo a la emisión.
Además, muchos venezolanos son escépticos sobre las promesas del gobierno de que las transacciones serán transparentes.
Expertos en monedas digitales observan con curiosidad y desconfianza la incursión de Venezuela en el campo de las monedas digitales, interesados por la posibilidad de que un gobierno esté dispuesto a aceptar criptomonedas en diversos pagos, como impuestos, pero también les preocupa la posible falta de supervisión.
Maduro afirma que el petro concreta el sueño del fallecido mandatario Hugo Chávez de eliminar el dominio del dólar de Estados Unidos y Wall Street en el capitalismo global.
Para aumentar las dudas, Maduro ha dicho que el campo petrolero del Orinoco, que no está explotado totalmente, respaldará la moneda digital, al crear barriles de petróleo intangible que los inversionistas podrán comprar, dijo Jean Paul Leidenz, economista sénior en la firma EcoAnalítica, con sede en Caracas.
El bitcoin y otras monedas digitales ya son usadas ampliamente en Venezuela como palanca contra la hiperinflación y un mecanismo sencillo para pagar todo, desde consultas médicas hasta lunas de miel donde es imposible obtener divisas sin recurrir al mercado negro.
El uso de computadoras que servirá para adquirir bitcoins también se ha incrementado debido a las bajas tarifas de electricidad de Venezuela que figuran entre las más bajas del mundo y a una desesperación generalizada frente a una recesión más grave que la Gran Depresión de Estados Unidos en la década de 1930.
Las criptomonedas son en su concepción sistemas financieros descentralizados, así que uno creado por un gobierno contraviene ese espíritu y abre la posibilidad a la manipulación, señaló Leidenz.
Y la inflación en Venezuela sube más en un día que lo que aumenta en un año en los países con estabilidad financiera, afirmó. Crear una nueva moneda no es la solución definitiva, apuntó.
“Es imposible parar la hiperinflación creando una nueva moneda sin adoptar otras medidas”, declaró Leidenz. “El gobierno no tiene planes para emprender reformas estructurales”, agregó.