El presidente Donald Trump emitió una pequeña señal de acción respecto al tema de la violencia con armas de fuego tras firmar un memo en el que instruye al Departamento de Justicia que proponga normas para prohibir los dispositivos que permiten automatizar el armamento, como las culatas usadas en el tiroteo de Las Vegas del año pasado.
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Después de que otras masacres no lograron impulsar acciones en cuanto a un control de armas más estricto, la Casa Blanca trata de demostrar que se toma en serio el problema.
El presidente, un partidario del derecho a la tenencia de las mismas, no ha respaldado otros cambios significativos propuestos por activistas en pro del control de armas.
Sin embargo, la Casa Blanca consideró que Trump estaba dispuesto a escuchar propuestas y que su opinión había sido trastocada por el tiroteo en la escuela de Florida.
Presión pública
Sin duda la organización de los cientos alumnos sobrevivientes de la masacre de la secundaria Marjory Stoneman Douglas en Parkland, Florida, en busca de mayores restricciones a la ley de armas y con críticas directas al mandatario, ha comprometido la decisión del mandatario respecto a «hacer algo» al fin.
Luego de enviar alrededor de 500 cartas a congresistas, los estudiantes se han organizado bajo el movimiento «NeverAgain» donde han convocado a distintas manifestaciones desde el tiroteo del 14 de febrero y a una marcha nacional el próximo 24 de marzo.
No quiero pensar que cada vez que estoy sentada en clase yo puedo ser la próxima víctima», señaló una de las estudiantes
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El presidente tiene planeado reunirse el miércoles en la tarde con un grupo de familiares, estudiantes y maestros que presenciaron los tiroteos en escuelas de Parkland (Florida); Columbine (Colorado), y Newtown (Connecticut).
Tras el tiroteo en Florida, los incidentes con armas en escuelas estadounidenses ascendieron a 18 en lo que va del año, considerando accidentes, suicidios y tiroteos. De acuerdo, con «Gun Violence Archive» durante el 2018 ya han muerto más de 1.900 personas por heridas de bala a nivel país.
La catástrofe de San Valentín ha movilizado incluso a algunos pro-armas, quienes no abogan por una restricción general al acceso de las mismas, sino que enfocada al rifle AR-15, protagonista de grandes masacres en EEUU.
Ejemplo de esto es Scott-Dani Pappalardo, un aficionado a estos elementos que destruyó su rifle de asalto en un video y que señaló que «con mucho gusto dispararé con un calibre 22 en lugar de un AR-15 para salvar la vida de un niño».
¿Hasta dónde llegará Trump?
Cuando se le preguntó en una conferencia de prensa el martes si Trump estaba dispuesto a reinstalar una prohibición a las armas de asalto, la portavoz Sarah Huckabee Sanders respondió que los funcionarios de la Casa Blanca “no habían cerrado ninguna puerta”.
También indicó que la idea de aumentar el límite de edad para comprar un fusil AR-15 estaba “sobre la mesa para que la discutamos”.
Un día antes, el jefe de Estado envió otra señal de que el tiroteo de Florida y sus secuelas habían influido en sus puntos de vista. Un comunicado de la Casa Blanca señaló que Trump consideraba una iniciativa de ley para reforzar las verificaciones federales de antecedentes para la compra de armas.
El presidente se conmovió durante la visita que realizó el viernes a las víctimas que estaban hospitalizadas y está tratando de buscar soluciones al problema, dijo una persona familiarizada con su forma de actuar y que pidió hablar bajo condición de anonimato para discutir conversaciones internas.
No obstante, queda por revelar si la decisión de Trump es sólo una acción para acallar las críticas en el marco de su reunión con las víctimas y que quedará olvidada en el pasado, o si de verdad implica una nueva legislación respecto al acceso de armas.