Un poco de saliva o un pelo son cosas a las que tal vez no les des mucha importancia, pero para las farmacéuticas y empresas biotecnológicas pueden ser una gran fuente de información.
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A medida que avanza la genética, los científicos se vuelven capaces de realizar importantes descubrimientos que pueden ayudar a entender mejor el cuerpo humano o a encontrar la cura para enfermedades que hasta ahora no se podían tratar.
Para conseguirlo necesitan muchas muestras de diferentes tipos de personas.
Estas compañías gastan millones de dólares en obtener los datos que salgan de estas muestras, aunque en muchas ocasiones los individuos que las aportaron lo hicieron de forma desinteresada.
¿Y si pudieran ganar algo de dinero a cambio?
Eso es lo que plantea la compañía Nebula Genomics, fundada por el profesor de la Escuela de Medicina de Harvard George Church, su alumno Dennis Grishin y el extrabajador de Google Kamal Obbad.