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Los duros días en la cárcel de José Navarro: está en el hospital, nadie lo ha visitado y quiere saber del futuro de Emmelyn

Su abogado defensor, Esteban Arévalo, es el único que lo ha ido a ver. Los gendarmes, por su parte, dicen que no tiene contacto con el resto de la población penal.

El martes 13 pasado la mala suerte cayó sobre José Manuel Navarro (31). Ese día le dictaron prisión preventiva por tres meses, tras haber pasado dos días recluido en la cárcel de Rancagua. Formalizado por la sustracción de la pequeña Emmelyn (11) y por lesiones graves al abuelo de ésta, ya suma 15 días privado de libertad. Ha sido una quincena dura para él: está en el hospital y nadie lo ha visitado, salvo su abogado.

Así al menos lo relata su defensor Esteban Arévalo a Publimetro. «Gendarmería impuso medidas de seguridad adicional, pues así lo dictó el Tribunal de Licantén, al ser éste un tema muy mediático. Por lo mismo, quedó recluido en el hospital de Gendarmería que queda adentro de la misma cárcel de Rancagua», explica.

El abogado agrega que el último encuentro que tuvo con Navarro fue hace algunos días, después de la audiencia en que le negaron la libertad. Ahí aprovechó la ocasión para constatar su estado de salud y conversaron varias horas sobre la causa, pero también sobre temas personales.

«No está mal de ánimo. Obviamente no está contento porque él considera que no debería estar preso. Pero aún así no está deprimido ni tampoco tiene señales de estarlo», señala su defensor.

No tiene visitas

El viernes pasado, desde la cárcel Quillota, llegaron noticias terribles sobre un detenido a quien aplicaron la temida «ley de la cárcel»: le desfiguraron el rostro a golpes porque se le acusa de abusos sexuales. ¿Navarro llegó al hospital por una situación similar?

«Son delitos distintos», responde el abogado y niega que tenga rencillas con otros internos. «Los mismos gendarmes me han dicho que no habría tenido ningún problema con el resto de la población penal», aclara.

En ese hospital, no obstante, no ha tenido la posibilidad de conversar con sus familiares: nadie lo ha ido a ver. «Lo último que yo sé, es que sólo yo lo he ido a visitar. Es que hay que tener en cuenta que la cárcel queda muy lejos de donde está su familia», informa el abogado.

Aún así, no estaría completamente solo. «Conversa con gente del hospital, de gendarmería. No está aislado», describe Arévalo.

Futuro de la menor

El argumento de la defensa apunta a que Navarro quiso sacar a la pequeña del supuesto ambiente vulnerable que vivía ella. Por eso, uno de los tópicos que abordaron durante la conversación fue la situación de la menor.

«Él siempre ha estado preocupado de ella, pero lo que hablamos, lo que le dije, es que ella está resguardada por las instituciones públicas que se encargan del tema. De todas maneras él siempre se preocupó de la niña», precisa Arévalo.

Agrega que «lo que me manifestó es que a él le interesaba que alguien se preocupara de ella más allá de la familia actual que tiene».

Estrategia de la defensa

Sobre el proceso en curso, el abogado explica que las pericias siquiátricas que encargó ya fueron aprobadas por la Defensoría Penal Regional y que están buscando un espacio en la agenda de los peritos para realizarla.

Asimismo, este viernes fue levantada la reserva de declaraciones del caso y que a causa de ello, ya mandó a imprimir dos tomos de antecedentes con los que pretende defender la tesis de la «inducción al abandono del hogar». Por lo mismo, pide tiempo para trabajar en un caso que, estima, conseguirá la libertad de su defendido.

«Voy a seguir adelante con la defensa y espero tener un buen resultado», finaliza Arévalo.

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