“Murió el represor” (La Nación), “A los 90 años murió el represor” (Clarín), “Murió el genocida” (Página 12). Así anunciaron los principales medios argentinos el fallecimiento de Luciano Benjamín Menéndez, uno de los militares más tristemente recordados de la última dictadura transandina, época bautizada por los golpistas como Proceso de Reorganización Nacional, que se extendió entre 1976 a 1983.
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Menéndez se transformó en el símbolo de la represión de aquellos tiempos por tratarse del general más duro. Lideró con absoluta brutalidad los principales órganos represores de la dictadura y su actuación en asesinatos sistemáticos de opositores lo convirtieron en el militar con más condenas por crímenes de lesa humanidad en la historia de Argentina. Menéndez alcanzó el triste récord de 13 cadenas perpetuas.
SE MURIÓ LA MUERTE: a las 11:20 murió el genocida Luciano Benjamín Menéndez. A diferencia de sus víctimas, se sabe la hora, el lugar y su familia puede despedirlo.
Llegó a ser condenado en cárcel común, perpetua y efectiva, el único lugar para un genocida.
¡30.000 PRESENTES! pic.twitter.com/WphGEMbsKh— H.I.J.O.S. Capital (@hijos_capital) February 27, 2018
Chile, su guerra soñada
Menéndez sostenía una teoría: “Necesitamos una guerra por generación”. Con esta premisa, presionó a sus superiores en plena dictadura para establecer una guerra con Chile en medio del frenesí militar que vivía Argentina a fines de la década los 70 y con el conflicto del Canal de Beagle como pretexto ideal.
El general aseguraba que el entuerto territorial con Chile era perfecto, por dos razones, para el país transandino y para el futuro de la dictadura: sería una victoria fácil, dada la superioridad militar argentina, y el triunfo perpetuaría el poder de los militares en la Casa Rosada.
Fue en este contexto, cuando Menéndez, en una ceremonia militar en septiembre de 1978 pronunció la frase que evidenciaba su deseo por atacar Chile y la ciega confianza que tenía en una victoria: “Si nos dejan atacar a los ‘chilotes’ (chilenos), los corremos hasta la Isla de Pascua, el brindis de Fin de Año lo haremos en el Palacio de La Moneda y después iremos a mear el champagne en el Pacífico”.
Pero las sangrientas ilusiones de Menéndez chocaron la realidad y después de una intervención papal, el conflicto del Beagle se zanjó de forma pacífica.
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Al año siguiente, el general se sublevó contra la propia dictadura militar por considerarla “blanda”. Su intentona fue sofocada por las mismas FFAA y fue llamado a retiro.
El martes, Menéndez falleció a los 90 años en el Hospital Militar de Córdoba.