Asociación de Gendarmes por eventual fin de celdas de aislamiento: “Si se aprueba, vamos a perder el control de las cárceles”

«Es preocupante para nosotros como funcionarios», reclama Joe González, presidente de la Asociación Nacional de Suboficiales y Gendarmes de Chile (Ansog) a propósito de la idea de terminar con las celdas de aislamiento que plantea el nuevo reglamento penitenciario, propuesto por el Ministerio de Justicia en abril pasado, pero que aún está en pausa a la espera de un pronunciamiento de la Contraloría General de la República.

El nuevo reglamento fue criticado pues, entre otros puntos, omite mecanismos que aseguren la reinserción social, deja casi sin modificaciones las condiciones de los encierros de los reclusos, no aborda la sobrepoblación penal y suprime la internación en celdas solitarias como medidas de castigo a los reos que comentan faltas en los recintos penales.

Defiende la medida de castigo

Es precisamente este último punto el que cuestiona González en conversación con Publimetro. Tanto así que postula que sin esta medida, incluso se podría perder el control de las cárceles a causa de un eventual «libertinaje» si no se castiga a un interno que agreda a otro o ponga en peligro tanto a los mismos reos como a personal de Gendarmería.

«Lo que queremos es tener herramientas coercitivas para proteger a la población penal de agresiones, de violencia. También para proteger al personal. No hay que confundir el garantismo con el libertinaje. Si se aprueba la medida, no va haber respeto a la autoridad y yo creo que, de ser así, de aquí a cinco años vamos a perder el control de los recintos carcelarios», reflexiona el presidente de la agrupación.

Previenen la temida «ley de la cárcel»

González aclara que «no estamos defendiendo la celda propiamente tal» pues en su agrupación conocen que estas tienen una muy mala infraestructura. Por lo mismo, junto con pedir mejoras -como ventilación, espacio e infraestructura adecuadas- hace hincapié en que necesitan una medida coercitiva para prevenir situaciones como agresiones internas.

«Las celdas de aislamiento históricamente han existido. En todos los países existen. El sistema tiene que tener una posibilidad para controlar situaciones que son graves en un recinto carcelario. ¿Cómo podríamos controlar, por ejemplo, una riña con resultado de muerte? ¿Cómo devolvemos al mismo sector a un interno que mató a otro?», recalca González.

Sobre ese punto, toca los casos de peleas de bandas rivales, motines o la «ley de la cárcel»: cuando los reos golpean a aquellos que son acusados por delitos de alta conmoción pública, como la violación de menores. Afirma que «esos internos reciben una sanción administrativa, quizás la suspensión de visitas, pero al final vuelven al mismo sector donde cometieron los nuevos delitos».

Que les pregunten

«Pedimos a la autoridad que nos sentemos a conversar», sostiene Gonzalez cuando se trata de modificar las cosas. Afirma que al estar todos los días al contacto de los reos, son los que conocen más sobre la materia y por eso, más que un reglamento, lo que plantean es tener una ley.

«Uno esperaría que existiera una ley que considerara casos como estos. Por ejemplo, si quisiéramos aplicar medidas de coerción, que pudiera actuar un tribunal de ejecución de la pena para controlar cómo se va a ejecutar la pena. También que la administración pudiera presentar casos graves para que este juez pudiera determinar una pena. Este reglamento no lo trae. Lo que necesitamos es una ley», sentencia el representante de Ansog.