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Derrocado, llamado “traidor” y asesinado: el triste final del dictador boliviano que le declaró la guerra a Chile

La polémica vida del militar y dictador boliviano que hace 139 años inició la Guerra del Pacífico.

El 1 de marzo de 1879, el general boliviano Hilarión Daza firmó el decreto de “Estado de Guerra” de Bolivia, la expulsión de los chilenos de su territorio y la confiscación de sus bienes. Un documento que no sólo sellaría la suerte de varias naciones, sino que también marcarían su vida, que entraría en un declive constante, marcado por las polémicas y con un violento final.

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Para aquellos días, Daza ejercía la presidencia de Bolivia como dictador, después de derrocar a Tomás Farías en 1876.

Hilarión Daza, presidente boliviano de facto.

Después de violar el Tratado de 1874 firmado entre Chile y Bolivia, Daza optó por declarar «Estado de Guerra», para empujar a Perú al conflicto, con quién existía un acuerdo secreto de defensa mutua.

Nunca peleó

Con las tres naciones en armas, el dictador altiplánico asumió personalmente el mando del ejército boliviano. Encabezando el regimiento colorados, las fuerzas de elite de las FFAA, se dirigió a Tacna.

A su llegada, supo del exitoso desembarco chileno en Pisagua. Los movimientos de La Moneda eran rápidos y temerarios. Chile tenía una cabeza de playa importante, que dejaba aislado de Perú a las fuerzas del Rímac que permanecían en Iquique. Así lo entendió el presidente peruano Mariano Ignacio Prado, y ordenó que Daza avanzará al sur desde Tacna para encontrarse con las fuerzas peruanas de Iquique cerca de Pisagua y atacar en conjunto a los chilenos. Había que recuperar el puerto.

El ejército peruano del sur avanzó al punto de encuentro, pero en uno de los pasajes más extraños de la Guerra del Pacífico, las fuerzas de Daza detuvieron su avance, no llegaron a la batalla y regresaron a Arica. El 19 de noviembre, las fuerzas chilenas aplastaron el ataque peruano en Dolores (en el mapa). Toda Tarapacá estaba controlada por La Moneda.

Derrocado y exiliado

Daza culpó a las tropas de no querer avanzar por el desierto al punto de encuentro con los peruanos, pero los oficiales aseguraron que fue el dictador quien no quiso combatir. Como fuese, la suerte estaba echada para el gobernante boliviano. El humillante cometido decantó en una revuelta en La Paz y la cúpula militar lo derrocó mientras permanecía en Arica.

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Al enterarse que había perdido el poder, viajó a Arequipa y desde ahí partió a Europa. Vivió en Italia, pero la mayoría del tiempo en París, donde se mantuvo gracias a la gran fortuna que había amasado en su corto periodo como dictador y hombre fuerte de Bolivia.

Tras 14 años en el Viejo Continente, el ex dictador solicitó permiso al entonces presidente boliviano Mariano Baptista para regresar y así defenderse de las acusaciones que habían sobre él. Esta es la versión oficial, porque varios historiadores aseguran que Daza regresó a Bolivia en 1894 porque había dilapidado toda su fortuna y que pretendía dar un golpe de estado, estimulado por algunos generales.

Pero su regreso no sería como lo esperaba. A comienzos de 1894 arribó a Antofagasta y de ahí emprendió rumbo a La Paz. El 27 de febrero hizo una escala en la localidad boliviana de Uyuni (en el mapa). En la estación de ferrocarriles fue insultado por varias personas, quienes le gritaron “traidor”. Ante la tensión que se generó, las autoridades dispusieron protección de un grupo de militares, quien mientras escoltaban al ex dictador a su hotel, le dispararon por la espalda. Daza falleció en el acto, a los 54 años.

Señalado por muchos como el gran responsable de la suerte de Bolivia en la Guerra del Pacífica, en el vecino país no existen monumentos o calle alguna que recuerde al dictador que le declaró la guerra a Chile.

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