Entre los tranquilos canales de Ámsterdam discurre desde hace días un silencioso rumor: las polémicas denuncias de que Holanda se está convirtiendo en un "narco-estado".
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"Entre mis amigos aquí eso es ahorita un tema de conversación, creo que la gente está muy desconcertada", cuenta a BBC Mundo Dany Lezcano, un joven mexicano que trabaja y reside desde hace siete años en el país europeo.
El alcalde en funciones de la capital, Jozias Johannes van Aartsen, la policía y la fiscalía local alertaron a inicios de febrero que la ciudad sufría un aumento de la delincuencia, producto del auge de grupos criminales.
Pero la pasada semana, las acusaciones sobre la inseguridad en un país considerado entre los más tranquilos del mundo fueron a más.
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La Asociación de la Policía Holandesa (NPB, por sus siglas en inglés) envió al Parlamento un controvertido informe en el que asegura que las autoridades son incapaces de combatir el surgimiento de una "economía criminal paralela" y hechos asociados a organizaciones delictivas.
Holanda, en opinión de la NPB, "cumple muchas características de un narcoestado".
Las graves denuncias cruzaron las fronteras del país e, incluso, de Europa.
Mientras, entre los residentes, las opiniones se dividieron entre quienes aseguran que el informe solo busca llamar la atención para que la policía reciba más fondos del gobierno y entre los que consideran que hay algo de cierto en las alegaciones.