Ramón Díaz, un ciudadano argentino, encontró el amor con otro hombre, pero de otra nacionalidad: chileno. Sin embargo, un tenso episodio puso fin al noviazgo tras dos años de relación.
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Esto porque luego de una discusión, Manuel Albornoz ató al trasandino, luego lo golpeó y finalmente intentó atacarlo con un cuchillo. La víctima logró arrancar y se encerró en el baño, lugar en donde estuvo por horas hasta que la amenaza bajara. Tras esto, puso fin al pololeo.
Después de esta dura experiencia, se cruzó un par de veces en la ciudad con el chileno y luego no lo vio más, ya que este último se mudó a otra ciudad en Argentina.
De ahí, no supo de él hasta el 2016 cuando por alguna razón lo buscó en Google, enterándose de una terrible situación: vio que era buscado por la policía en Chile tras matar a Christopher, su pareja en ese entonces, tras propinarle 17 puñaladas.
«En ese momento decidí que no podía permitir que lo volviera a hacer. Me contacté con las autoridades chilenas, y empecé a investigar, a sacar fotos de los lugares a los que iba, a recopilar información y mandé toda la carpeta a la policía de investigaciones de Chile», señaló Ramón a TN.
«Cuando googleé el nombre de él salía un programa que se llama ‘Mentiras Verdaderas’ del 2015 en el que contaban el crimen que había cometido y que lo estaba buscando la PDI de Chile. Me dolió mucho, pensar de lo que me salvé. No sabía qué hacer, cómo era el procedimiento, sobre todo por el miedo de que él conocía donde vivía, dónde trabajaba. Un error fue haberme enfurecido tanto y encararlo. Lo cité y, después de decirle que tenía que arrepentirse, exploté y le dije que le agradecía por no haber pasado por lo que Cristopher Palomino había pasado», señaló.
Tras esto, le aseguró que no lo denunciaría, pero al final si lo hizo. «Él se puso mal y yo le dije que no lo quería preso, porque tenía que disimular. Me confesó que lo había hecho, y yo le prometí que no iba a hablar. Todos los días lloraba y esperaba olvidarme. Trataba de pensar que no era mi problema, pero la conciencia no me dejaba dormir porque si pasaba algo similar yo iba a ser culpable», expresó.
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Ramón juntó muchas pruebas y las envió a Chile. Luego se reunió con el fiscal del caso de Christopher, quien le mostró una fotografía de la escena del crimen. Allí se dio cuenta que él pudo terminar de la misma manera.
«Vi las imágenes de cómo lo había dejado y me brotaron las lágrimas. Juré que iba a meterlo preso y que una vez que lo consiguiera, iba a llevarle flores al cementerio para que su familia esté en paz», indicó.
Con toda la información que entregó, la PDI hizo el pedido internacional a Interpol, se efectuó una investigación por cerca de dos meses y finalmente lo detuvieron.
» Viajé dos veces a Chile hasta que, en enero de este año fue detenido, extraditado y en los próximos meses, empezará el juicio en su contra», remató Ramón.